Pues sí, según las últimas mediciones, parece ser que el año 2007 ha sido el que menor temperatura global ha tenido en los últimos diez años. Aunque también es verdad que en la última década las temperaturas han sido muy altas, así que un año un poco menos cálido tampoco es para tanto. Sin embargo, a algunos científicos les hubiera ido mejor callándose a finales de 2006 cuando pronosticaron (como en BBC News) que el año que acabamos de terminar sería el más cálido de la historia.
En muchas zonas del planeta han habido temperaturas que no se recordaban en muchos años. En Buenos Aires vieron nevar por primera vez en 89 años. En Chile vivieron el invierno más crudo de los últimos 50 años. En Johannesburgo nevó después de un cuarto de siglo. En Nueva Zelanda se perdieron las cosechas de vino por culpa de una primavera inusualmente fría. En New Hamspshire lograron un espesor de nieve de 1,13 metros, batiendo el record anterior establecido en 1876.
En muchas zonas del planeta han habido temperaturas que no se recordaban en muchos años. En Buenos Aires vieron nevar por primera vez en 89 años. En Chile vivieron el invierno más crudo de los últimos 50 años. En Johannesburgo nevó después de un cuarto de siglo. En Nueva Zelanda se perdieron las cosechas de vino por culpa de una primavera inusualmente fría. En New Hamspshire lograron un espesor de nieve de 1,13 metros, batiendo el record anterior establecido en 1876.
En todos los medios de comunicación se hacen eco a diario de las teorías de los científicos que piensan que el calentamiento global va en aumento y que es por culpa del CO2 que genera la actividad humana. Sin embargo, también hay otros muchos científicos que opinan lo contrario, pero éstos no tienen la misma audiencia.
¿Qué dicen estos científicos que van contra la mayoría?
Son numerosos los que opinan que la Tierra ya ha dejado atrás el punto culminante del periodo cálido y pronto, para el 2012, experimentaremos una gran ola de frío. O los que piensan que la fuerza principal del cambio climático es la actividad solar.
Más de cien científicos de todo el mundo firmaron una carta abierta al secretario general de la ONU, Ban Ki Mon, en la que le decían que el cambio climático es un fenómeno natural, no provocado por la actividad humana y que adaptarse a él es mucho más sensato que intentar retrasarlo con reducciones drásticas de CO2, que aunque consiguiesen los objetivos del protocolo de Kioto, sólo lograrían que se alcanzasen las temperaturas previstas unos pocos años más tarde.
Las temperaturas globales fueron durante el 2007 muy similares, aunque un poco más bajas, que las registradas durante la década anterior y ninguna de ellas ha alcanzado los registros de 1998 que fue la máxima cota. La temperatura media se mantiene en las mismas marcas a pesar de que los niveles de CO2 han aumentado un 4% desde entonces.
Todas estas teorías y datos llevan a pensar que el debate en el seno de la comunidad científica sobre si existe o no cambio climático y sobre las causas que lo provocan no está zanjado. Muchas cosas quedan por saber y, desgraciadamente, sólo el tiempo dará y quitará razones.
Lo que si que tengo claro es que la actividad humana provoca la contaminación atmosférica, la polución irrespirable, el destrozo del medio ambiente y la pérdida de los ecosistemas naturales y contra esto apenas se oyen voces discordantes. Cuando se “olvidan” todos estos problemas y sólo se hace caso al calentamiento global, es que algún interés anda de por medio. Y cuando hablo de interés me refiero al económico y político.
A mi juicio, incluso si el sector alarmista fuese el que estuviera en lo cierto, sería peligroso recurrir al Estado para que se ocupara de ello. El Estado es una herramienta roma y corroída por los intereses políticos y de los grupos de presión. Esperar que haga algo tan complejo como calibrar las regulaciones y los impuestos para ajustar el clima sin empobrecer a la mayoría y enriquecer a los amigotes es del género ingenuo.
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