lunes, 21 de enero de 2008

CHAVES O LA HIPOCRESÍA ECOLOGICA EN ANDALUCIA


En Arcos de la Frontera se ha construido una de las centrales térmicas de ciclo combinado más grandes de España (1.600 megavatios). Desde el comienzo de su construcción hubo un gran rechazo social a la misma y se creó la Plataforma Ciudadana No a las Térmicas integrada, entre otras, por la organización Ecologistas en Acción.
La Junta de Andalucía, a través de su delegado en Cádiz, les hizo saber en todo momento que el gobierno regional comandado por Manuel Chaves se opondría a su construcción y posterior funcionamiento e incluso emitió informes contrarios a través de la Consejería de Obras Públicas.
A fecha de hoy, la central térmica propiedad de Iberdrola funciona a pleno rendimiento, la Junta le otorga todos los permisos que solicita e incluso el mismísimo Chaves les ha premiado por la prevención de riesgos laborales.

¿A qué se debe este cambio de parecer?
Si la central térmica era perjudicial entonces, también lo será ahora ¿o no?

Ecologistas en Acción nos lo explica claramente: el ayuntamiento de Arcos de la Frontera en la anterior legislatura estaba comandado por el PP. La Plataforma, al estar en contra de su construcción, les hizo una labor de desgaste que provocó que en las últimas elecciones perdieran la alcaldía que pasó a manos del PSOE. La Junta y el Partido Socialista les apoyaron mientras se cargaban a sus adversarios políticos. Ahora que mandan ellos han dejado de apoyarles.
La organización ecologista nos describe la zona: “Arcos de la Frontera era una zona muy poco contaminada. Situada entre los Parques Naturales de Sierra de Grazalema y Alcornocales y entrada a los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz se ha convertido, gracias a nuestros gobernantes, en una de las más contaminadas de Andalucía. Los 5 millones de toneladas de CO2 que emite al año, unidos a los vapores y gases, hacen que la contaminación atmosférica se haga muy patente en la zona”.

La política se sirve una vez más de la ecología para alcanzar sus objetivos. Estos burócratas que mantenemos entre todos los ciudadanos (y viven muy bien) sólo entienden de votos y poder. Les importa un bledo (perdón por la expresión) la ecología, el calentamiento global, la contaminación de los ríos y el mar o la polución atmosférica. Sólo mueven un dedo si saben que con ello van a perjudicar a su adversario político y conseguir que unos cuantos incautos se crean que están concienciados con los problemas ecológicos y les voten.
¿Se acuerdan del mandatario socialista madrileño que cuando lo del Prestige se le escapó que ojalá que hubiese uno todas las semanas para poder atacar al gobierno que había entonces? Pues continúan pensando lo mismo.
Para ellos, la ecología es buena si pueden sacar rédito político. Son así de altruistas. Que no les engañen.

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