Hace dos años a un iluminado mandatario francés, que dejó de serlo el pasado año, se le ocurrió la brillante idea de colocar un impuesto novedoso: por cada pasajero de avión que pasase por territorio francés se le cobraría un impuesto de entre 1 y 40 euros, según las circunstancias del vuelo y la clase en que viajase, para financiar la ayuda al desarrollo de África.
Pasado el tiempo, el resultado es el siguiente: muchas compañías evitan pasar por territorio francés y otras muchas, sobre todo las que no tienen bandera francesa, evitan, defraudando, el pagar el impuesto. Por lo tanto, se ha recaudado mucho menos de lo que se esperaba.
Quede claro el que si existe una ley que obliga a hacer algo, en este caso pagar un impuesto, hay que cumplirla y perseguir al que no lo hace, pero también es evidente que la medida ha sido un completo fracaso.
Pasado el tiempo, el resultado es el siguiente: muchas compañías evitan pasar por territorio francés y otras muchas, sobre todo las que no tienen bandera francesa, evitan, defraudando, el pagar el impuesto. Por lo tanto, se ha recaudado mucho menos de lo que se esperaba.
Quede claro el que si existe una ley que obliga a hacer algo, en este caso pagar un impuesto, hay que cumplirla y perseguir al que no lo hace, pero también es evidente que la medida ha sido un completo fracaso.
Es la manía que tienen los dirigentes de todos los países de sacarse de la manga cualquier tipo de impuesto y, si normalmente estos le sientan mal al ciudadano de a pié, cuando son tan incongruentes como este, se intenta evitar el pagarlos por todos los medios, aunque sólo sea por un euro.
Porque, ¿hay alguien que pueda explicarme qué tiene que ver el coger un avión con ayudar al desarrollo en África? ¿Y si cojo un tren o un barco, no pago? ¿Y si yo quiero ayudar a desarrollar Bangla Desh, por poner un ejemplo?
Aquí en España también hemos tenido, o tenemos, ejemplos tan catastróficos como este: ¿se acuerdan del euro de la ecotasa de Baleares? Tuvieron que quitarlo ante el descenso alarmante de las reservas hoteleras. ¿Y del céntimo sanitario de los carburantes? Ese todavía existe y nadie se acuerda. Porque es el mismo caso del impuesto francés ¿por qué los conductores tienen que financiar el gasto de la sanidad? Incluso iría más lejos ¿por qué el que por motivos de trabajo tiene que coger mucho su vehículo tiene que financiar la sanidad en mayor medida que el que trabaja cerca de su casa y prácticamente no utiliza el coche? ¿es que coge más veces la gripe?
Los ciudadanos estamos hartos de los políticos que se hacen la foto demostrando, a través de impuestos que luego pagamos todos, que son muy ecologistas o solidarios.
La solidaridad, la sanidad, la educación y otras tantas y tantas cosas se tienen que pagar a través de los presupuestos generales de cada nación, los cuales se financian a través de la recaudación de unos impuestos coherentes según el grado de riqueza de cada individuo.
Estos impuestos sí que los entendemos los ciudadanos porque sabemos, mal que nos pese, que para el correcto funcionamiento de un estado se tiene que pagar. Los otros impuestos, los folclóricos, los de la foto y el titular del periódico, que se los guarden otra vez en la manga y no los saquen nunca. Que ya saben lo que les pasaba a los tramposos en el viejo oeste.
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