La noticia ha saltado como una bomba en todos los medios de comunicación digitales: el gobierno británico se pronuncia a favor de la construcción de nuevas centrales nucleares. Estas nuevas instalaciones deberán ser desarrolladas, financiadas y construidas por las compañías de energía privadas.
Con estas medidas se pretende conseguir un suministro de energía eléctrica “limpia, segura y asequible” para asegurar la demanda a largo plazo del Reino Unido.
En opinión del ministro de negocio y empresas, John Hutton, los nuevos reactores, que sustituirán en el plazo de quince años a algunos de los ya existentes, ayudarán a asegurar el suministro y afrontar el cambio climático con mayores garantías.
Con estas medidas se pretende conseguir un suministro de energía eléctrica “limpia, segura y asequible” para asegurar la demanda a largo plazo del Reino Unido.
En opinión del ministro de negocio y empresas, John Hutton, los nuevos reactores, que sustituirán en el plazo de quince años a algunos de los ya existentes, ayudarán a asegurar el suministro y afrontar el cambio climático con mayores garantías.
Mucho hay para discutir sobre esta decisión del gobierno británico. En los próximos días van a surgir millones de opiniones, tanto a favor como en contra de la decisión.
En el lado contrario está claro que se ubicarán los grupos ecologistas que consideran este tipo de energía cara, sucia y peligrosa. Pero incluso dentro de estos grupos se empiezan a oír voces que ya no son tan discrepantes con las nucleares. Este tipo de energía emite muy poco CO2 en comparación con el resto de las plantas productoras de electricidad y, dada la concienciación existente actualmente en relación con el cambio climático, es una opción muy a tener en cuenta.
La seguridad es otro de los factures clave, aunque parece que existe un consenso generalizado en que la peligrosidad de estas instalaciones es actualmente inexistente.
Y queda un último punto que todavía está muy lejos de resolverse como es el de los residuos radioactivos. Aún no sabe nadie muy bien lo que se debe hacer con estos desperdicios y el asunto no es baladí puesto que continuarán activos dentro de miles de años y una contaminación de este tipo resultaría letal. Mientras no se resuelva este punto existirá gente contraria a la energía nuclear.
Los que están a favor cada día son más numerosos. El problema del calentamiento global está haciendo cambiar a muchos de opinión. Aparte de los beneficios derivados de no tener que depender exclusivamente de los hidrocarburos como fuente de energía.
¿Y las energías limpias? Por supuesto que están ahí y cada día se investiga más a fondo en el desarrollo de nuevas tecnologías. Ojalá que en un futuro sean la solución y no tengamos que depender ni del petróleo ni de la energía nuclear, pero de momento, y me temo que por muchos años, no dejan de ser una alternativa demasiado lejana y el consumo energético de un país no puede depender de las buenas intenciones sino de los hechos probados.
Hay que reconocer que aquí en España tenemos un presidente del gobierno de lo más oportuno. Ayer mismo estuvo hablando sobre la energía nuclear y aboga porque vaya desapareciendo paulatinamente a medida que deje de hacer falta (lo que traducido quiere decir nunca, ya que cada día se consume más). O sea, que sabe que es imprescindible pero quiere quedar bien con el electorado y hacer campaña para las próximas elecciones (en las anteriores prometió cerrarlas; ha cambiado un poco el discurso).
Y yo me pregunto ¿por qué en España parece que sea tabú el tema nuclear y no construimos más centrales? Dependemos energéticamente del exterior casi en un 90%. De esa forma podríamos autoabastecernos en un porcentaje algo superior.
“Es que son muy peligrosas” dirán algunos. Ya. ¿Y si hay un accidente nuclear en Túnez, Argelia, Francia o el Reino Unido no nos afectará? O se prohíbe para todo el mundo o las hacemos todos, ya está bien de hacer de Quijotes. Pero es más, aquí en España ya tenemos el peligro con unas centrales nucleares a punto de caducar y que no se pueden cerrar al no existir alternativa. ¿No sería preferible construir nuevas centrales de última generación, mucho más seguras y cerrar las que tenemos?
El coste político de autorizar su construcción se supone que debe ser muy alto y por eso ningún partido político se atreve a llevarlo en su programa electoral. ¿Por qué no se hace un referendo sobre la cuestión? Creo que es lo suficientemente importante como para dejar que unos políticos decidan por nosotros y les aseguro que se sorprenderían del poco seguimiento que tienen los precursores del “nuclear, no gracias”.
Hoy este lema está un poco desfasado pero en su día fue bandera de la izquierda.¿A que no adivinan de que tendencia es el gobierno británico?
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