lunes, 13 de octubre de 2008

Animo, Seve


Finales de los años setenta. España acababa de inaugurar el periodo democrático después de una larguísima dictadura y ya nos sentíamos europeos tras haber votado una prometedora Constitución.
El fútbol continúa siendo el deporte rey, pero los españoles ya estamos familiarizados, gracias a los éxitos de nuestros deportistas con el baloncesto, el ciclismo, el tenis o el motociclismo.
Y de la nada, de un día para otro, surge un muchacho cántabro que apenas sobrepasa los veinte años y que gana torneos de golf. ¿Golf? ¿Qué es eso?

Esta era la pregunta que se hacían miles de aficionados al deporte en España. Porque, si quitábamos a unos pocos privilegiados, nadie había visto un campo de golf en su vida. Y allí estaba un tal Severiano (menudo nombre) Ballesteros que ganaba el torneo más grande del mundo del golf: el Open Británico.
Desde entonces, y durante más de diez años, decenas de torneos jalonan su palmarés, destacando tres Open Británicos, dos Masters, un torneo de la PGA y varios triunfos en la Ryder Cup y en el World Match Play.


Ya hace unos años que dejó de estar en la élite, pero continuaba estando en contacto con este deporte participando en torneos benéficos y diseñando campos de golf.
La semana pasada surgió una mala noticia. Después de ser ingresado en el hospital tras sufrir un mareo, ha reconocido públicamente que padece un tumor cerebral. Falta por conocer el resultado de la biopsia y saber si es benigno, como esperamos, o no.

Mala noticia. Horrible noticia. O, confiemos, sólo un susto. Sea como sea, no es una sentencia de muerte. Deberá luchar contra la enfermedad, pasar malos momentos y difíciles situaciones, pero, un deportista como él, no tenemos ninguna duda en que lo superará. Porque los deportistas parece que sean diferentes. Supongo que al estar acostumbrados al esfuerzo y la superación personal, tienen más facilidad en superar este tipo de enfermedades. Veamos algunos ejemplos:

En el fútbol destacan los casos del delantero búlgaro Penev, que, tras superar un cáncer de testículos, volvió al mundo de la competición y aun le dio tiempo de ganar una liga y una copa del Rey con el Atlético de Madrid. Otro caso conocido fue el del portero Molina, afortunadamente curado y “reinsertado” en el mundo del fútbol.


En el ciclismo destacan dos nombres: Lance Armstrong y Alberto Contador. El primero de ellos sufrió un cáncer de testículos con metástasis cerebral a los 25 años. Ya saben el resto, después de superarlo se ha convertido en el corredor que más Tours de Francia ha ganado en la historia: siete. En cuanto a Alberto Contador, sufrió una grave enfermedad cerebral (cavernoma cerebral) del que afortunadamente se recuperó para convertirse, a día de hoy, en el mejor ciclista del pelotón internacional.
Otros deportistas que han superado enfermedades mortales y han continuado compitiendo tras superarlas han sido los entrenadores de la NBA Don Nelson y Rick Adelman (cáncer de próstata), la nadadora y entrenadora catalana Dolores Jané (tumor cerebral), la atleta sueca Ludmila Engqvist (cáncer de mama), y el tenista Tim Gullikson (tumor cerebral).

Que estas experiencias nos sirvan a todos, deportistas o no. Luchando contra estas enfermedades con todas nuestras fuerzas, se pueden superar. Sólo hace falta creérnoslo.

Me sabe mal, Seve, otros se te han adelantado superando la enfermedad. Esta vez no serás “el primero”.

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