¿Vive usted en el centro de la ciudad o se desplaza diariamente a trabajar allí? ¿Puede aparcar su vehículo? Está difícil, ¿verdad? Todo el mundo tiene coche, se aumentan día a día las zonas de aparcamiento regulado (la maldita ORA) y los parkings son escasos y carísimos.
Si no tiene más remedio que coger el coche, y como aun no han inventado el método de doblarlo y metérselo en el bolsillo, lo tiene crudo.
El suyo es un problema muy generalizado. Tanto que más de uno ha empezado a calentarse la cabeza en busca de soluciones. Y las han encontrado: el parking compartido.
Si no tiene más remedio que coger el coche, y como aun no han inventado el método de doblarlo y metérselo en el bolsillo, lo tiene crudo.
El suyo es un problema muy generalizado. Tanto que más de uno ha empezado a calentarse la cabeza en busca de soluciones. Y las han encontrado: el parking compartido.
La idea es sencilla: las plazas de parking permanecen normalmente la mitad de la jornada vacías. ¿Por qué no aprovecharlo? El propietario de la plaza que vive en el centro de la ciudad coge su vehículo a primera hora de la mañana y se va a trabajar a su fábrica en el extrarradio. Al mismo tiempo, otro conductor sale de su casa de las afueras y se dispone a trabajar en una oficina bancaria del centro. El primero utiliza el parking desde las ocho de la tarde hasta las siete de la mañana; el segundo desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde. La plaza de aparcamiento está ocupada 21 de las 24 horas que tiene el día. El propietario cobra un alquiler al señor que vive en las afueras (que pagaría más si dejase su coche en un parking público) y todos felices y dichosos.
Esta forma de compartir ha arrancado con mucha fuerza y ya es común ver este tipo de anuncios, de ofertas y demandas de parking compartido, tanto en los medios escritos como en Internet.
En el caso que hemos relatado, los dos coches que aparcan en la plaza son siempre los mismos pero hay algunas webs que llegan más lejos como tuplaza.es en Madrid, que gestiona las horas del día en que queda libre una plaza de garaje y la oferta a posibles alquiladores.
Cada día, el equipo de esta empresa comprueba las plazas de aparcamiento libres entre sus clientes y las cruza con la demanda existente en esa zona. Antes de enviar a otro conductor al parking, se le pregunta al propietario vía SMS si su plaza está libre. Si es así, al que busca en esa zona se le envía otro SMS con la dirección y el código de acceso. Está claro que antes de empezar todo este proceso, tanto unos como otros han tenido que registrarse en la web, creando su perfil e indicando, a modo orientativo, a que horas o días es posible “compartir” plaza.
El ingenio de los humanos es inagotable y en este caso, con las plazas de garaje a precio de oro (incluso 60.000 euros en algunas capitales) y los alquileres por las nubes (150 euros mensuales), no iba a ser menos.
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