La presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género, Inmaculada Montalbán, ha hecho públicos los datos referidos a los tres años transcurridos desde la entrada en vigor de la Ley Integral de Medidas contra la Violencia de Género.
Aunque en general, los datos pueden considerarse como “positivos”, no deja de erizarse el vello cuando se leen algunas de las cifras que ha hecho públicas.
Y decimos que los datos pueden considerarse positivos porque, afortunadamente, son muchas las mujeres que, a raíz de la entrada en vigor de la ley, se atreven a denunciar a sus agresores y el tema de la violencia machista está dejando de ser tabú.
Aunque en general, los datos pueden considerarse como “positivos”, no deja de erizarse el vello cuando se leen algunas de las cifras que ha hecho públicas.
Y decimos que los datos pueden considerarse positivos porque, afortunadamente, son muchas las mujeres que, a raíz de la entrada en vigor de la ley, se atreven a denunciar a sus agresores y el tema de la violencia machista está dejando de ser tabú.
Durante estos tres años, los juzgados específicos especializados en violencia sobre la mujer han ingresado más de ¡480.000! procedimientos penales, incluyendo abreviados, diligencias previas o urgentes, sumarios y juicios de faltas. Se han dictado cerca de 60.000 sentencias penales de las cuales un 79% fueron condenatorias.
Aparte, en los juzgados de lo penal se dictaron más de 55.000 sentencias sobre violencia de género, con un 56% de condenas y en las audiencias provinciales, que es donde se juzgan los casos más graves, se produjeron 581 resoluciones y de ellas el 85% fueron condenatorias.
Aparte, en los juzgados de lo penal se dictaron más de 55.000 sentencias sobre violencia de género, con un 56% de condenas y en las audiencias provinciales, que es donde se juzgan los casos más graves, se produjeron 581 resoluciones y de ellas el 85% fueron condenatorias.
Entre enero de 2007 y junio de 2008 se realizaron ¡197.000! denuncias, aumentando de manera significativa las realizadas por mujeres inmigrantes. De estas casi 200.000 denuncias, un 10% se paralizaron porque la víctima renunció a seguir adelante con el proceso.
Entre los juzgados de violencia sobre la mujer y los de instrucción se han recibido ¡135.000! solicitudes de órdenes de protección, de las cuales se adoptaron un 75%.
¿Vivimos en una sociedad de locos machistas? Los datos parecen indicar que si, porque hay que tener presente que, aunque cada vez más las mujeres pierden el miedo y denuncian a sus maltratadores, la cifra de las que no lo hacen es mucho mayor, como demuestra el hecho de que siete de cada diez mujeres asesinadas por violencia machista no habían denunciado a su maltratador con anterioridad.
Cuando oímos las noticias nos echamos las manos a la cabeza al comprobar que asesinan a más de una mujer por semana. Como pueden ver, no es más que la punta del iceberg. El drama de las mujeres maltratadas está entre nosotros. Lo desconocemos porque las mujeres lo mantienen en silencio por miedo o vergüenza. Pero con las cantidades que han sido facilitadas, pocas comunidades se librarán de tener a un asqueroso maltratador entre sus vecinos.
Aparte del daño físico y moral que infringen a sus víctimas (que es lo que verdaderamente importa), ¿se imaginan el coste económico que supone la existencia de estos individuos? Naturalmente, no puedo cuantificarlo, pero, así por encima, cuenten: policías para la protección de las maltratadas, abogados (aunque nos disguste, también los maltratadores tienen derecho a la asistencia legal), fiscales, jueces, saturación de los juzgados (construcción de nuevos), psicólogos para las víctimas y sus hijos, funcionarios de prisiones, cárceles, manutención de los presos… un despilfarro que no nos podemos permitir.
Creo que la política que llevan a cabo los medios de comunicación con este tema no es la más adecuada. Ya sabemos todos que los casos de suicidio se silencian; en los casos de muerte por maltrato se debería hacer lo mismo, porque creo que lo único que se consigue es que a alguno de esos criminales que andan sueltos se le acaben de cruzar los cables y les dé por imitarlos (cuando no superarlos). Noticias de detenciones, juicios y severas penas de cárcel lograrían crear un cierto miedo entre estos desalmados.
Según los psicólogos, el origen de esos maltratos suelen ser los celos. Yo creo que la causa principal es la deficiencia mental de la que hacen gala. Si en una pareja uno no quiere estar, lo mejor es acabar con la relación. Por mucho que se fuerce la situación, si la relación no funciona, no habrá forma de arreglarlo y menos aun con amenazas y violencia.
Que la dejen marchar, que rehagan sus vidas y que intenten ser felices. Todos saldremos ganando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario