La historia es sencilla y ya la habrán leído muchas veces, pero no me resisto a contarla: el periodista (y bloguer) Paco Sánchez publicó, bastante antes de vacaciones, dos entradas tituladas “pornografía infantil” en su blog.
A partir de esa fecha, apenas publicó nada más ya que llegó el periodo vacacional estival. Lo normal era que, a partir de entonces, las visitas a su blog se desplomaran, como todos los años. Pero esta vez apenas se notó el bajón. Tras unos días de perplejidad, investigó el motivo de estas visitas y se dio cuenta de que la mayoría de las visitas iban dirigidas hacia las dos entradas sobre pornografía infantil. Es más, provenían de consultas en los buscadores en donde los depravados buscaban precisamente ese tipo de pornografía.
A partir de esa fecha, apenas publicó nada más ya que llegó el periodo vacacional estival. Lo normal era que, a partir de entonces, las visitas a su blog se desplomaran, como todos los años. Pero esta vez apenas se notó el bajón. Tras unos días de perplejidad, investigó el motivo de estas visitas y se dio cuenta de que la mayoría de las visitas iban dirigidas hacia las dos entradas sobre pornografía infantil. Es más, provenían de consultas en los buscadores en donde los depravados buscaban precisamente ese tipo de pornografía.
Había jornadas en las que las visitas sobrepasaban los dos centenares y provenían de todos los países de habla hispana y de algunos más.
En un principio, consideró que lo mejor era ocultar los datos. Pero tras una conversación con su buen amigo Nacho de la Fuente decidieron aprovechar el descubrimiento para, al menos, molestar a todos los pedófilos que, día tras día, se sumergen en Internet para saciar sus deseos sexuales depravados y enfermizos. De aquí surgió la campaña “Pornografía Infantil NO”.
El objetivo está claro: con la ayuda de cientos de blogs hay que sembrar los buscadores de Internet con severas críticas a esta vergüenza humana y social. Con esto se pretende conseguir que cada vez que un desgraciado de este tipo teclee alguna de estas palabras: angels, lolitas, boylover, preteens, girllover, pedoboy, boyboy, fetishboy o feetboy le salga un post como este en el que se le recuerde lo enfermo que está y que debe pedir ayuda profesional para intentar superar esta aberrante costumbre.
La campaña, que se inició hace un mes, termina hoy, Día Universal del Niño, y el éxito está asegurado de antemano; Google ya registra más de 25.000 entradas con la leyenda “Pornografía Infantil NO” y eso que todavía no están contadas las de hoy. Decenas de medios de comunicación se han hecho eco de esta iniciativa y ya se acercan a 1.000 los blogs que, como éste que leen, se han comprometido con la campaña.
Ya sé que con estas iniciativas no vamos a acabar con esta lacra, pero el objetivo no es ese. El objetivo es concienciar a la sociedad del peligro que corren nuestros hijos, hermanas, nietos o sobrinas. Hay que protegerlos con todas nuestras fuerzas y explicarles los peligros que se pueden encontrar. Si lo saben, les será más fácil evitarlos.
Mientras, les haremos más difíciles las búsquedas. Y si logramos que alguno se arrepienta, habrá valido la pena todo esto.
Añadir que, cuando nos topemos con una página de este tipo (algo que, por desgracia, no es nada difícil), lo podemos denunciar (garantizándonos el anonimato) en la Asociación Protégeles o en la ONG Acpi. Ambas entidades se encargarán de verificar la autenticidad de la denuncia y de trasladarla a las autoridades competentes. También se puede denunciar directamente en el sitio de la Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil o en la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional aunque, en ambos casos, no se puede realizar totalmente la denuncia por medios informáticos y hay que personarse para firmar la denuncia.
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