Las últimas han sido demoledoras: durante el mes de octubre, en España han ido a parar a las listas del desempleo más de 6.000 personas diarias (casi 200.000 en un solo mes). Nos aproximamos a los 3 millones de parados. Pero, como decía antes, lo peor aun está por llegar y se espera que se ronden los 4 millones en estas mismas fechas del año próximo.
No hace falta que les cuente el drama social que comporta esta situación. Porque no es sólo que una persona tenga la desgracia de perder su empleo, lo peor es la perspectiva de que no va a encontrar otro durante mucho tiempo.
Cada cuatro años, elegimos democráticamente a nuestros representantes para que gobiernen nuestro país, comunidad o ayuntamiento. En el mundo de la economía, gobernar significa aprovechar al máximo los recursos de los que se dispone para que la ciudadanía obtenga el mayor beneficio. Y mucho más en época de crisis y necesidades perentorias como la actual.
¿Cumplen con su obligación nuestros gobernantes? Hace unos días ya indicamos en este blog como se comportan algunos políticos ante la actual crisis. Vamos a reflejar algunos ejemplos más:
- Carod Rovira, vicepresidente de la Generalitat de Cataluña y dirigente de ERC, ha hecho públicas las subvenciones que ha otorgado durante los seis primeros meses de este año. Seis millones de euros han salido de sus arcas.
¿A quién se las han concedido? Lo normal hubiese sido que se utilizasen para promocionar el turismo o el comercio de Cataluña fuera de nuestras fronteras, para ayudar a empresas para que puedan innovar, para evitar que entren en suspensión de pagos algunos de sus ciudadanos... no sé, para intentar hacer más llevadera esta crisis a la gente que le paga su sueldo.
Pues no, para el bueno de Carod, son más importantes otros aspectos de la vida. Vean si no: 290.000 euros para la Federación Escuela Valenciana para promocionar el ¡valenciano! en la enseñanza (ya saben, ese idioma se habla en otra región), 625.000 euros para la Asociación Amigos de la Bressola (para promocionar el catalán en Francia), para las federaciones deportivas catalanas (sobre todo para proyectar internacionalmente a las organizaciones catalanas) 480.000 euros, promocionando algunos deportes de “masas” como el Fisball, el Korfball o los bolos. Para promocionar la lengua occitana 9.000 euros y para el hebreo 25.000. Y para apoyar sus “imprescindibles casas catalanas” en el extranjero, más de medio millón de euros en lugares internacionalmente conocidos como Nueva Gales del Sur, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Querétaro o el Yucatán, todos ellos, “atestados” de catalanes.
- Josep Huguet, consejero de la Generalitat de Cataluña de Innovación, Universidades y empresas, también dirigente de ERC. Continuamos con los dirigentes catalanes, y que conste que no tengo nada en contra suya, pero es que son muy originales. Este buen señor nombró el pasado verano, entre los meses de julio y agosto, a Alfons García como asesor especial de su Departamento. ¿Por qué no le contrató como funcionario? Muy fácil, los sueldos de los asesores son libres, ya que no existe baremo, por lo que el consejero le ha adjudicado un sueldo de casi 88.000 euros anuales. Buenos consejos le debe dar ¿verdad? Pero lo mejor de todo es que su puesto tiene “efectos retroactivos” y cobrará desde noviembre de 2006. No me negarán que son originales. ¿Se conocerían con anterioridad el señor Huguet y el señor García? ¡Qué cara tienen!
- Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid. Se ha hecho con el coche más “chulo” de entre todos los políticos. Y mira que era difícil. Su Audi, equipado con todo lujo de detalles y más acorazado que un portaviones, nos cuesta 600.000 euros.
- José Álvarez, presidente de la Sociedad Gallega de Medioambiente (Sogama), que depende directamente del Gobierno gallego de Pérez Touriño, que se gasta 123.000 euros (aparte gastos de chofer, seguros, etc.) en ¡alquilar! para dos años seis coches: una berlina de lujo, dos berlinas medias y tres utilitarios. Hagan números y comprobarán como, con ese precio, prácticamente se pueden comprar.
Estos son los políticos que hemos votado, esto es lo que tenemos. Acordémonos la próxima vez que tengamos que depositar la papeleta en la urna. Porque lo que queremos son políticos que nos ayuden. Para malgastar nuestro dinero, prefiero que se queden en sus casas.
Por cierto, ahora que, desgraciadamente, están de moda: ¿para cuando un ERE (expediente de regulación de empleo) en el mundo de la política?
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