¿Pucherazo en Venezuela?

El referendo organizado por Hugo Chávez hace dos semanas en Venezuela para poder prorrogar su mandato indefinidamente, partía de una forma de concebir la democracia equivocada: el de repetir una consulta hasta que el resultado de las urnas sea satisfactorio para quien la convoca. Una vez obtenido el resultado deseado, se acabaron las consultas; ya no hay marcha atrás.
Sin embargo, y a pesar de que podría haber repetido el referendo en numerosas ocasiones hasta el 2012, a Don Hugo parece que le entraron las prisas y decidió que, a la segunda ocasión, el “Si” venciera.

Titulamos el post “pucherazo en Venezuela” entre interrogantes porque, naturalmente, para decir que unas elecciones han sido fraudulentas hay que demostrarlo, pero ¿quién lo investigará? ¿el gobierno de Hugo Chávez? Mucho nos tememos que no. No obstante, las sospechas van creciendo día a día y ya se apuntan numerosas dudas sobre el proceso electoral.

A los venezolanos les parecerá normal (no se si en otros países también lo será) pero la forma en que se realizan las votaciones son, como mínimo, “extrañas”.
Los votantes acuden a los colegios electorales y pasan por unos ordenadores donde ponen el dedo en unos sensores para identificarse. O sea, en tiempo real se conoce quien va a votar y quien no. Se me ocurre una pregunta: de ser necesario ¿buscarían a quien no hubiese acudido a las urnas para invitarle a ir?

Pero eso no es todo; luego, en lugar de acudir a una mesa y escoger la papeleta del “Si” o del “No” y meterla luego en la urna, tienen que acudir a una máquina electrónica donde tienen que elegir entre dos botones: “Si” o “No”, darle a “votar” y recoger el papelito con lo que hayan elegido. Después, ese papel se introduce en la urna. Está claro que con los medios informáticos actuales, se puede controlar cómo va la votación en cualquier momento, con lo que enlazamos con la anterior pregunta y, si hacen falta más votos positivos, se trae a quien sea a votar.

Aparte, después de identificarse se le da a un botón, con lo que se puede averiguar, a ciencia cierta, quien vota “Si” y quien vota “No”. Si tenemos en cuenta que los centros de votación están, literalmente, tomados por las fuerzas armadas... a ver quien es el “chulo” que vota negativamente sabiendo que se van a enterar inmediatamente de que lo ha hecho.

Pero las dudas van más allá. Ya hace unos años, en otras votaciones electrónicas, se habló de una mala contabilización de los votos, pues bien, ahora las miradas se posan sobre la empresa Startmatic, encargada de facilitar los equipos para la votación electrónica.

Se dice que esta empresa es norteamericana, ya que su sede está ubicada en Boca Ratón, Florida, pero, realmente su origen es venezolano. Durante varios años dio servicios informáticos a la banca, para después lograr el contrato del CNE para la votación electrónica. Su presidente también lo es de otra empresa, Bizta Corp, cuyo 28% es propiedad del Gobierno de Venezuela.
La empresa está siendo investigada en Estados Unidos por una supuesta venta fraudulenta y son conocidos los intentos del Presidente de Ecuador, Rafael Correa, por hacerse con sus servicios. Suponemos que para emular a su homólogo Hugo Chávez.
Con todos los datos que se conocen sobre la empresa en Venezuela, ésta debería ser expulsada del país, según los investigadores venezolanos Celia Añez y Baldomero Vásquez. Sin embargo, es alabada por el gobierno por el gobierno de Chávez. ¿No les huele a chamusquina?

Resumiendo: una campaña electoral cargada de demagogia, intimidación, victimismo y acusaciones a la oposición de pretender forzar una guerra. Irregularidades durante el proceso como el de ampliar, a última hora, el horario de las votaciones. Luego, coartan la libertad del votante y vulneran el principio del voto secreto. Y, para finalizar, le encargan el sistema informático y, claro está, el posterior recuento electoral a una empresa “amiga”.

Al final, Hugo Chávez ganó el referendo con un escaso 4% de margen, ¡todo un éxito, “comandante”!