jueves, 12 de marzo de 2009

El orgullo gay llega a los negocios

Se ha creado la asociación empresarial de profesionales LGTB. Su fin primordial será establecer vínculos "con valores de diversidad e inclusión" entre sus miembros.
En la presentación de la nueva Cámara LGTB los promotores de la misma han asegurado que el nuevo organismo servirá para potenciar el papel empresarial de este colectivo y ayudar a otras empresas a asumirlo "con naturalidad y mejorar la calidad de vida" de sus trabajadores.
Según el economista y presidente de la nueva Cámara, José Vila, el colectivo LGTB español supone un 6,5% de la población y tiene un poder de compra de 72.000 millones de euros, equivalente al PIB de Baleares y Valencia juntas.

Vale, pero ¿qué son profesionales LGTB? Se lo traduzco de inmediato: Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales.
Vaya por delante que, ni pertenezco a este colectivo ni tengo nada en contra suyo. Al contrario, conozco a muchos de ellos y algunos son fenomenales… y otros no. Exactamente igual que la población heterosexual.

Yo no los excluyo para nada. Entonces, ¿por qué quieren ellos excluirse de mí?
Es que no entiendo su manía de querer diferenciarse del resto de la sociedad cuando postulan precisamente todo lo contrario: estar integrados en ella. ¿Realmente se sienten perseguidos o solamente quieren hacerse los mártires?

Pero volvamos al ejemplo de hoy; el de la Cámara LGTB. Normalmente las asociaciones empresariales surgen de la necesidad que tienen los integrantes de un mismo oficio o de una misma región para defender sus derechos. Los de una misma región se unen para pedir mejores comunicaciones y los de un mismo oficio para que se les concedan rebajas fiscales, por poner sólo unos ejemplos. En el caso de la Cámara LGTB ¿qué tienen en común un panadero de Cádiz con un mecánico de Barcelona o un abogado de Vigo con un agricultor murciano? Nada, solamente su tendencia sexual. Es como si todos los simpatizantes del Real Madrid o los votantes de Izquierda Unida se uniesen en una asociación empresarial. ¿Qué razón tiene entonces que se unan los profesionales LGTB en una asociación si viven en diferentes lugares y pertenecen a multitud de oficios?

La única que se me ocurre es la de crear un holding en la que sus miembros se apoyen. ¿Y cual sería ese apoyo? Se me ocurren varios; por ejemplo, comprar antes sus productos que los de “otros”, invertir en sus empresas antes que en las de “otros”, favorecer ante terceros a sus empresas antes que a las de “otros”... y por “otros”, como ya habrán caído en la cuenta, me refiero a los heterosexuales.

O sea, beneficiarse entre ellos y, a la vez, crear un grupo de presión para que empresas que no pertenecen a este colectivo, les favorezcan ante el miedo a posibles “represalias”.
Vale, ¿y qué pasaría si el 93,5% restante de la población (los heterosexuales) dejaran de comprarles sus productos y servicios? ¿Serían autosuficientes?

Los negocios no pueden estar basados en tendencias políticas, religiosas, culturales, deportivas, geográficas o sexuales. Para unir esas tendencias ya existen otro tipo de asociaciones. Los negocios son otra cosa.

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