jueves, 5 de marzo de 2009

“Si todos fuéramos funcionarios tendríamos hambre y corrupción”

Ante la pregunta de la portavoz socialista Maru Menéndez sobre la temporalidad de los empleados públicos de la Comunidad de Madrid (ha aumentado del 13% al 17%), la Presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre se ha despachado con estas palabras: “si todos los españoles fueran funcionarios habría colas, escasez, hambre, miseria y corrupción, como ha sucedido en los países del socialismo real”.

“Espe” ha dicho que no considera que el empleo público sea un factor de calidad y estabilidad en el conjunto del empleo y que su obligación es destinar el menor dinero posible al empleo público y garantizar que la economía productiva, que es la que funciona en este país, pague los menos impuestos posibles para crear el mayor número de empleos.

En otro momento de su intervención ha añadido: “a usted le parece que la solución es hacer a todos los españoles funcionarios públicos, con lo que todos tendrían un salario y un empleo fijo”. “Usted y yo somos funcionarias y nos pagan con dinero del contribuyente y nuestra obligación es hacer que sea el menor dinero posible el que se dedique a esos temas, ¿o es que cree usted que el dinero público no es de nadie, como decía Carmen Calvo?

Desde luego, se le podrán reprochar muchas cosas a la Presidenta, pero ha quedado claro que no tiene pelos en la lengua.

Sin embargo, aunque esté de acuerdo en la mayoría de cosas que ha dicho, no lo estoy con la forma que ha tenido de expresarlo. Leyendo estas palabras parece que se da a entender que los funcionarios no dan ni golpe y que tenemos que darles de comer los demás que no lo somos. Y eso no es verdad.
Huyendo de los tópicos de siempre, la mayoría de funcionarios si que trabajan y algunos muy duro. Pero tiene razón Aguirre a la hora de valorar la productividad de sus trabajos; efectivamente, la inmensa mayoría no producen nada. Son, como diría un antiguo jefe hablando de los administrativos, un “mal necesario”. Y en España, ese “mal necesario” ya supera los tres millones de empleados.
E igual que ocurre en cualquier empresa que huye del personal “no productivo”, en un país como el nuestro también se debería huir del excesivo personal a cargo de los presupuestos del estado.

Ya sabemos que resulta un “caramelito” encontrar un puesto de funcionario y más con la crisis actual. Pero sus sueldos los pagamos entre todos (que no se les olvide: son nuestros empleados, no nuestros jefes) y tener demasiado “personal” lleva, inevitablemente, a la quiebra.

Aunque yo le pediría a Esperanza Aguirre que no se parase ahí, que llegase más lejos. Aparte del tema de los funcionarios, ¿para que queremos tanto cargo político? ¿Por qué tantos diputados en el parlamento si al final siempre sale vencedor en las votaciones lo que haya dicho el partido en el poder? ¿Para qué sirven 17 parlamentos autonómicos en España? ¿Por qué tenemos que pagar tantas dietas a los asistentes a las comisiones de investigación si después no investigan nada?
Adelgacemos al Estado, paguemos menos impuestos y consumamos más con el dinero que nos sobre. Así sí que podremos salir de esta crisis y no con más funcionarios públicos.

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