La primera de ellas tiene como protagonista al atleta español José Luis Blanco, subcampeón de Europa de 3.000 metros obstáculos y seleccionado para disputar su noveno Mundial de cross consecutivo en Amman (Jordania). Este fin de semana, mientras estaba entrenando con su amigo Quim Arpi por los alrededores de su localidad natal, fue testigo de cómo tres ladrones robaban dos bolsos y salían corriendo de un supermercado.
Las dependientas del establecimiento fueron detrás, pero su velocidad no fue suficiente para dar alcance a los malhechores. Los cacos, que ya creían que habían tenido éxito con su fechoría, tuvieron la “mala suerte” de encontrarse con un atleta de élite metido por unos instantes a policía. José Luis y su amigo salieron corriendo detrás de ellos; al poco les recortaron la ventaja y cuando los tenían a escasos diez metros, tuvieron la genial ocurrencia de gritarles: "policía, mochila al suelo". Aturdidos por la sorpresa, a los cacos les faltó tiempo para soltar los bolsos y cruzar la carretera huyendo. "Por un día me sentí Superman” afirmó el atleta al entregarle los bolsos a las señoras en medio de fuertes aplausos.
Otro superhéroe, en este caso de Nápoles, en Italia, resulta un poco más “cómico”, aunque en el fondo, también persigue el bien común. Se trata de Entomo, el hombre insecto, que patrulla las calles de Nápoles vestido con un traje ajustado de licra verde, una máscara y sigma mayúscula enorme en su pecho, evitando algunos de los muchos crímenes de la ciudad... o por lo menos, eso dice él.
Para defender a sus vecinos utiliza una técnica muy singular, el "Krav Maga", que según dice, desarma a su enemigo sin herirlo (lo siento, pero no he podido encontrar más información de tan singular “invento”). Entomo reivindica la lucha contra el consumismo y la promoción del ecologismo y el activismo.
Para defender a sus vecinos utiliza una técnica muy singular, el "Krav Maga", que según dice, desarma a su enemigo sin herirlo (lo siento, pero no he podido encontrar más información de tan singular “invento”). Entomo reivindica la lucha contra el consumismo y la promoción del ecologismo y el activismo.
Este peculiar superhéroe se ha convertido en un fenómeno de masas en Nápoles, ciudad maltratada por la delincuencia, y gusta a todos, excepto, claro está, a la policía que afirma descontenta: "No sé si será una broma de mal gusto. Siempre que se nombra esta ciudad es para hablar mal de ella. Esto es lo que nos faltaba".
En fin, por lo menos a Entomo (al que no dudo que le falta más de un tornillo) le ha dado por combatir la delincuencia y no por formar parte de ella.
En fin, por lo menos a Entomo (al que no dudo que le falta más de un tornillo) le ha dado por combatir la delincuencia y no por formar parte de ella.
Y nuestro último superhéroe procede de bastante lejos, concretamente de Tailandia.
Un profesor de una escuela especial de Bangkok comprobó con gran alarma cómo uno de sus alumnos, de ocho años y autista, salía a un balcón del tercer piso y hacía caso omiso a los llamamientos para que saliese de allí. Ante la posibilidad de que el niño saltase al vacío, el profesor llamó a sus padres, a la policía y a los bomberos.
Tras varios intentos y ya en medio de la histeria colectiva, la madre comentó a la policía que al niño le encantaban los superhéroes. Tras unas breves gestiones, todos los allí congregados quedaron boquiabiertos cuando vieron aparecer al mismísimo Spiderman.
Cuando el crío le vio encaramarse al balcón en el que estaba, rápidamente se echó en sus brazos, entre las lágrimas y el alborozo general.
La explicación era simple: un bombero, al enterarse de las preferencias del chaval, corrió raudo a su taquilla y se enfundó un traje de Spiderman que allí guardaba. Otra demostración de que esos héroes de carne y hueso, los bomberos de todo el mundo, también pueden presumir de poseer una gran originalidad.
Supongo que ustedes se harán la misma pregunta que me he hecho yo: ¿qué hacía un traje de Spiderman en la taquilla de un bombero? Según el sargento al mando, el disfraz se empleaba habitualmente para amenizar los ensayos antiincendios.
Y es lo que he dicho siempre: en el trabajo también puede uno divertirse ¿no?
Supongo que ustedes se harán la misma pregunta que me he hecho yo: ¿qué hacía un traje de Spiderman en la taquilla de un bombero? Según el sargento al mando, el disfraz se empleaba habitualmente para amenizar los ensayos antiincendios.
Y es lo que he dicho siempre: en el trabajo también puede uno divertirse ¿no?
Ya sé que las historias de hoy han sido un tanto “peculiares”, pero es que ya tenía ganas de no mencionar ni a los políticos ni a la crisis por un día.
1 comentario:
la verdad me encanto el articulo , 3 heroes de carne y hueso en espesial el bombero ^^ casi s eme pianta un lagrimon
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