Hace unos meses, en el otoño del año pasado, saltaron a las portadas de la actualidad unas madres del pueblo salmantino de Serradilla del Arroyo que, ni cortas ni perezosas, decidieron desnudarse para protagonizar un calendario erótico. La causa del desnudo era muy loable: con los beneficios obtenidos pretendían financiar un centro de ocio para sus hijos en el pueblo.
A finales de noviembre, estas siete madres (tuvieron que repetir en algunas hojas porque no pudieron conseguir doce voluntarias) vivieron sus quince minutos de gloria; fueron noticia en todos los medios de comunicación de España y parte del extranjero. Y los sueños se les desbordaron.
A finales de noviembre, estas siete madres (tuvieron que repetir en algunas hojas porque no pudieron conseguir doce voluntarias) vivieron sus quince minutos de gloria; fueron noticia en todos los medios de comunicación de España y parte del extranjero. Y los sueños se les desbordaron.
En un principio, habían pensado en publicar 2.000 calendarios para venderlos a 5 euros. Las gráficas les cobraban a 1,90, a pesar de que el precio con margen incluido era de 1,30, pero así y todo, a nuestras madres les salían los números. Debido al éxito que obtuvieron y a que el correo echaba humo pidiendo calendarios, decidieron ampliar la tirada con 5.000 nuevos calendarios... y ahí empezaron sus problemas.
Las gráficas les subieron el precio hasta 2,60 euros (a pesar de que el coste era el mismo) y les tardaron 20 días en servir el pedido. Si un calendario no se puede servir antes de empezar el año, el comprador pierde todo el interés y eso es lo que les ocurrió a estas mujeres: finalmente se han quedado con cinco mil ejemplares sin vender.
Y la broma les puede salir cara, puesto que le deben a las gráficas 9.000 euros y encima les piden 18.000 por daños y perjuicios.
La causa era noble, pero han pecado de inocencia y, encima, las han querido estafar con precios desorbitados y entregas retrasadas. Han perdido toda la ilusión, están desanimadas y peligran, no sólo el centro de ocio de sus hijos, sino sus economías familiares. Después de la vergüenza que tuvieron que pasar al verse en las librerías y quioscos como Dios las trajo al mundo, ahora las han denunciado.
No soy partidario de este tipo de calendarios, los protagonicen bomberos, equipos de fútbol, azafatas o amas de casa. Pero no por el desnudo en sí, faltaría más, cada uno que haga lo que quiera con su cuerpo y su dignidad, sino porque todos se realizan para contribuir con los beneficios a una causa justa y esas causas justas se deberían de financiar de otra forma.
¿Por qué los niños de Serradilla del Arroyo no pueden tener un centro de ocio financiado por organismos oficiales? ¿Allí no se pagan impuestos? ¿Es preciso que sus madres tengan que tomar la iniciativa de esta forma para que sus hijos se puedan distraer en el pueblo? Y en los demás ejemplos de calendarios benéfico-eróticos podríamos hacernos las mismas preguntas.
Desde que se ha conocido el problema al que se enfrentan estas siete madres, se ha reactivado la venta de calendarios. No llegarán a la cantidad que deben, pero es posible que se puedan rebajar sus pérdidas. Si quieren contribuir, envíen un correo a ctr@ctrlacasadelmedico.com o llamen al 923489213.
Ya está bien entrado el año, pero aún pueden disfrutar durante ocho meses del calendario.
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