Hackers y otros indeseables en la red

Una asociación de hackers miembros de la CCC (Chaos Computer Club) alemana, lograron hacerse con la huella digital del ministro del interior de Alemania Wolfgang Schaüble. Pero han ido más lejos: en la última edición de su revista, han incluido un folio transparente con la huella del dedo índice derecho para que los lectores la recorten, se la peguen a su dedo y así puedan entrar en aquellas oficinas de alta seguridad a las que se accede mediante reconocimiento electrónico digital. Protestan por la inclusión, a partir de ahora, de la huella digital en los pasaportes.

¿Les parece simpático?

Los hackers son especialistas en romper códigos informáticos. Por algún motivo que desconozco, la sociedad siempre los ha considerado como una especie de héroes de nuestro tiempo. Y no dudo de que los habrá buenos, o por lo menos, bienintencionados. Famosas han sido sus incursiones en los ordenadores de los organismos públicos de las naciones más poderosas del planeta, entre ellos el Pentágono o la NASA. Supongo que apelando un poco a ese sentimiento romántico que todos tenemos, se les ha catalogado como los Robin Hood modernos. Pero no se equivoquen. Aquel en su tiempo, robaba a los ricos para entregárselo a los pobres. Estos, lo que es robar si saben hacerlo, pero tanto a los ricos como a los pobres y luego se lo quedan ellos.

Puede que nos parezca emocionante que inutilicen páginas oficiales, pero, al final, los que lo pagamos somos todos nosotros. Incluso he leído a un conocido intelectual decir que los hackers eran los actuales defensores de las libertades. Increíble.
Estos muchachos (o no tanto), infectan diariamente millones de ordenadores para después usarlos como esclavos en sus ataques contra sus objetivos, nos inundan con los malditos correos basura, nos llenan de virus y nos intentan hacer creer que son nuestros bancos o la delegación de hacienda para que les demos nuestros datos y después robarnos. ¿Desde cuando los delincuentes son defensores de las libertades?

¿Quieren conocer su última “hazaña”?
Entraron en una página web de una fundación británica contra la epilepsia y les subieron animaciones con colores vivos y mucho movimiento. Los usuarios de esta página son en su mayoría enfermos de epilepsia. Cuando entraron el pasado sábado se encontraron con las animaciones. Las consecuencias con los epilépticos fotosensibles (aproximadamente un 3% del total) fueron inmediatas: dolores de cabeza, migrañas y ataques epilépticos. Estos hackers fueron tan ruines como para acceder a una página con posibles enfermos para provocarles la enfermedad.
¿Héroes? Más bien son unos malditos indeseables.

Desde siempre, para que los delincuentes puedan ejercer su “trabajo” se han rodeado de los últimos adelantos que les facilitasen su labor. Ahora prostituyen algo tan hermoso como es Internet y nos perjudican a todos. Desgraciadamente, las nuevas tecnologías están a su servicio.
Y al de otros indeseables, que en este caso, no son hackers. Miren el ejemplo: un ciudadano de Oregón encontró su vivienda ocupada por decenas de desconocidos que arramblaban con todos los objetos que podían y se los llevaban en sus coches y camiones. Según comentaba el mismo hombre después, cuando preguntaba a los desconocidos qué es lo que hacían, le enseñaban un anuncio publicado en Craiglist (página de anuncios en Internet muy popular en EEUU) en la que decía que por tener que abandonar a toda prisa la zona, regalaba todas sus pertenencias, incluido su caballo, al primero que lo cogiese. Un “amigo” el que lo puso.
Desgraciadamente, no pudo recuperar todo lo que se llevaron.

Tengan cuidado; hay mucho indeseable suelto. También en Internet.