lunes, 28 de abril de 2008

Las incongruencias del “caso” aceite de girasol


La noticia saltó a los medios de comunicación el pasado viernes por la tarde; el Ministerio de Sanidad y Consumo “recomendaba” a la población evitar el uso de aceite de girasol. Según informaban, habían encontrado una partida de este aceite procedente de Ucrania contaminado con partículas de hidrocarburos. No informaban qué marcas podían contener este aceite adulterado ni si ese aceite se había consumido o no, pero, eso sí, decían que su consumo no ponía en peligro la salud humana.

Dudo que, ni aun intentándolo, se puedan hacer peor las cosas. Afortunadamente, como la noticia salió en fin de semana, la mayoría de la gente no se habrá enterado de nada y así el daño habrá sido menor. Porque las consecuencias podrían haber sido monstruosas.
Los políticos que nos mandan tienen entre sus funciones garantizar que los productos estén en buenas condiciones y, por lo tanto, su labor es avisar a la gente ante posibles problemas. Pero no así. Así lo único que pueden provocar, en un país que todavía recuerda la masacre del aceite de colza adulterado, es la histeria colectiva.
¿Cuánta gente tiró las existencias que tenía de aceite de girasol por el fregadero (somos así de ecológicos)? Les podríamos preguntar a los operarios de las depuradoras de nuestras ciudades cómo ha llegado el agua estos días a sus instalaciones.

Hoy ha dado una rueda de prensa el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (ASEAN), Félix Lobo. Nuestros políticos tienen la manía de creer que somos tontos y, por lo tanto, sus declaraciones van en consonancia con esa creencia. Entre otras cosas, el señor Lobo ha dicho que:
-Si todavía tenemos alguna botella en casa la podemos consumir -¿porqué nos recomendó el viernes no hacerlo?-
-No tienen noticia de intoxicaciones - si no había peligro para el consumo humano ¡faltaría más que las hubiese! -
-En dos días han renovado las existencias de todos los supermercados e hipermercados de España – ya, y a lo mejor también les ha dado tiempo de ponerle un lacito verde a cada botella.- ¿Cómo las van a cambiar por otras buenas si no saben las marcas que pueden estar contaminadas? ¿Las contaminadas sólo estaban en las estanterías de los súper? ¿En los almacenes no había?

Las evidencias y el que no hayan dado el nombre de ninguna marca (con lo que les gusta a ellos) nos lleva a pensar que las 14.000 toneladas que llegaron de Ucrania, supuestamente contaminadas, ya las hemos consumido.
Entonces ¿por qué toman esas medidas tan apresuradas el viernes? La explicación está meridianamente clara: el martes, las autoridades francesas dieron la alarma de que existía ese aceite y la Comisión Europea confirmó que también había llegado a España. Durante dos días anduvieron buscando en el Ministerio alguna de esas botellas contaminadas y, al constatar que ya se habían consumido, se inventaron la pantomima de la recomendación de no usarlo. Lo dijeron el viernes por la tarde ya que era fin de semana y no fastidiarían mucho las ventas. Ayer domingo, se levanta la alarma, el expediente queda cubierto y aquí no ha pasado nada.
Pero sí que ha pasado. Hemos constatado que un producto de consumo masivo como el aceite entró en nuestro país sin pasar los preceptivos controles (quizá porque fue en Febrero y Marzo y estaban ocupados con la campaña electoral) y que a nuestros dirigentes no les importa atemorizar a todo el país y arruinar a más de una empresa del sector con tal de salvar el puesto.
Pero su trabajo es controlar y tranquilizar, no meter el miedo en el cuerpo a los ciudadanos. Porque el miedo es peligroso y se les puede volver en su contra.

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