“El arca se ofrece como un último recurso para aquellos animales que, habiendo caído en la desgracia de nacer o vivir cautivos, se encuentran troquelados física y/o síquicamente por el ser humano, resultándoles imposible desenvolverse en su medio natural, e incluso, a veces, ni siquiera convivir con individuos de su misma especie.”
Este párrafo está copiado literalmente de la página web de “El Arca de Noé” y expresa con pocas palabras cual es la filosofía de este peculiar “parque zoológico”.
Este párrafo está copiado literalmente de la página web de “El Arca de Noé” y expresa con pocas palabras cual es la filosofía de este peculiar “parque zoológico”.
Aquí, en pocos metros cuadrados, podremos encontrar más de 300 animales que han sufrido el azote de convivir con humanos. En sus modestas instalaciones hallaremos tigres, leones, panteras, osos, lobos o serpientes, entre otros, que han llegado hasta aquí desde las más diversas procedencias; algunos procedentes de antiguos circos como el de Ángel Cristo, otros de las colecciones privadas del ex edil marbellí Juan Antonio Roca o del abogado Rodríguez Menéndez, algunos decomisados en las fronteras cuando intentaban traficar ilegalmente con ellos e incluso hay algunos que han tenido que rescatar de sótanos en donde estaban encerrados sin haber visto la luz del día durante años.
Si acuden a visitarlos pasarán un rato inolvidable; se lo prometo.
¿Dónde se encuentra?
Está en un precioso enclave entre montañas al norte de la provincia de Alicante, concretamente entre las pequeñas poblaciones de Guadalest y Benimantell. Abren todos los días desde las 10 de la mañana y, a través del encantador recorrido, podrán conocer de primera mano la historia de cada uno de los animales, así como sus problemas, contados de forma amena por el director del parque, Serafín Doménech (seguramente la reencarnación actual del propio Noé).
Sin embargo, no todo son alegrías allí. En apenas cuatro años, debido al aumento en el número de animales y a la subida de los precios de la alimentación, el coste de mantenimiento se ha duplicado, llegando a los 1.000 euros diarios. A pesar de las donaciones de la Generalitat Valenciana y de otros particulares (entre ellos nuestra Reina Doña Sofía), el presupuesto no alcanza y están buscando nuevas fuentes de financiación. Ya han acudido a pedir ayuda al gobierno central (que esperemos la conceda) y a la fundación británica Wis-pa.
Visiten su página web para más información, pero, sobre todo, si tienen ocasión, visiten sus instalaciones. No se arrepentirán de la visita y sabrán que han colaborado con una buena causa.
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