Veamos algunos ejemplos de la que se denomina a sí misma izquierda popular y libertadora en iberoamérica.
Empezaremos por uno de mis favoritos: Hugo Chávez. En su reciente visita a Brasil, un fotógrafo afortunado de la agencia Reuters le hizo una fotografía en primer plano. Al revelarla saltó la sorpresa al ver que la cabeza del mandatario venezolano caía justo entre dos círculos negros que había más al fondo. La semejanza con Mickey Mouse era evidente. La reacción del presidente y sus medios afines no se ha hecho esperar; según ellos, es un intento de burlarse de su imagen, terrorismo mediático, un plan del “imperio estadounidense, la CIA y Reuters para debilitar la imagen de Chávez.
Sinceramente creo que quien debería sentirse ofendido es el célebre ratón de Disney.
Un personaje con la incontinencia verbal del ex golpista, con su prepotencia, su fanfarronería, su desprecio por todos aquellos que no se postran a sus pies y su falta de respeto a buena parte de sus colegas, a los que diariamente insulta, no puede aguardar otra reacción del resto de los humanos que no sea la de la burla.
Por cierto, hoy nos ha deleitado con otra de las suyas: va a nacionalizar las fábricas de cemento y hormigón. Con la excusa de que las empresas extranjeras exportan todo lo que producen quiere esconder su fracaso en política de vivienda. Los inversores extranjeros terminarán prefiriendo tirar el dinero al mar antes que invertirlo en Venezuela.
Empezaremos por uno de mis favoritos: Hugo Chávez. En su reciente visita a Brasil, un fotógrafo afortunado de la agencia Reuters le hizo una fotografía en primer plano. Al revelarla saltó la sorpresa al ver que la cabeza del mandatario venezolano caía justo entre dos círculos negros que había más al fondo. La semejanza con Mickey Mouse era evidente. La reacción del presidente y sus medios afines no se ha hecho esperar; según ellos, es un intento de burlarse de su imagen, terrorismo mediático, un plan del “imperio estadounidense, la CIA y Reuters para debilitar la imagen de Chávez.
Sinceramente creo que quien debería sentirse ofendido es el célebre ratón de Disney.
Un personaje con la incontinencia verbal del ex golpista, con su prepotencia, su fanfarronería, su desprecio por todos aquellos que no se postran a sus pies y su falta de respeto a buena parte de sus colegas, a los que diariamente insulta, no puede aguardar otra reacción del resto de los humanos que no sea la de la burla.
Por cierto, hoy nos ha deleitado con otra de las suyas: va a nacionalizar las fábricas de cemento y hormigón. Con la excusa de que las empresas extranjeras exportan todo lo que producen quiere esconder su fracaso en política de vivienda. Los inversores extranjeros terminarán prefiriendo tirar el dinero al mar antes que invertirlo en Venezuela.
Otra que también se ha enfadado, por la publicación de una caricatura suya en el periódico argentino Clarín, ha sido Cristina Kirchner. En ella, la presidenta aparece con una equis sobre la boca y el perfil de su marido en su lado izquierdo. Ha llegado a decir que la caricatura la parece un “mensaje cuasi mafioso”. Como bien dice el editor general del periódico, Ricardo Roa, “gobernar es aceptar que a uno se lo vea de un modo diferente al que pretende”. Muy nerviosa se ha puesto la presidenta por la huelga del campo que amenaza con desatar una crisis de imprevisibles consecuencias. Pronto empieza a no aceptar las críticas ¿Eso es progresista?
Continuaremos con el “canciller” de las FARC Rodrigo García, quien afirma que es inadmisible que les pidan más gestos de paz (¿?), cuando después de tantas muestras fehacientes de nuestra voluntad política por encontrar salidas al conflicto se nos responde con infamias y maledicencia. ¿Esas muestras serán las haber secuestrado a cientos de personas y tenerlas retenidas durante años, algunas incluso, como Ingrid Betancourt, a punto de morir? Este personaje fue excarcelado, todavía no hace un año, por el presidente Uribe a petición del presidente francés Sarkozy. Supongo que después de estas declaraciones, ambos se habrán arrepentido de haberlo hecho.
Esta tarde leo la noticia de que un guerrillero de las FARC se ha entregado a la justicia después de liberar a los dos secuestrados que tenía asignados (por ambos pedían dinero estos “idealistas”, no crean que era por motivos políticos). Se le desmonta el castillo de naipes a Rodrigo García.
Y por último, no puedo dejar de referirme a otro de mis personajes favoritos: Fidel Castro. Ahora que su hermano está haciendo la pantomima de permitir el acceso a todos los cubanos a algunos adelantos técnicos (ordenadores, móviles, etc.). – aunque no sé con qué dinero lo podrán pagar -, sale el dictador y dice que se muestra inquieto por las posibles consecuencias que para la salud de su pueblo puedan tener las nuevas tecnologías.
Se me saltan las lágrimas al ver el lado más humano de Fidel. No le preocupan los opositores encarcelados desde hace lustros, no, ni que su pueblo pase hambre y se le haya estado convirtiendo, poco a poco, en un pueblo alejado del progreso; le preocupan los efectos de las ondas electromagnéticas en las personas. Afortunadamente, parece que le queda poco tiempo.
Terroristas, dictadores, populistas nacionalizadotes, presidentas que no saben aceptar críticas. Sudamérica, a este paso, nunca llegará a ser la alternativa, que muchos pregonan, a los países que actualmente lideran el denominado “primer mundo”. Es una lástima porque tienen potencial y sus habitantes lo merecen.
Todos estos son los “amigos” de nuestro presidente Zapatero. Porque el resto de dirigentes le huyen. ¿Han visto la foto de la última reunión de la OTAN? Qué bajo nos ha hecho caer.
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