España medalla de hojalata en emisiones de CO2

Se acaban de publicar, por parte del secretariado del Convenio de Cambio Climático de la ONU, las cifras correspondientes al año 2006 del grado de seguimiento del Protocolo de Kioto.

Como de costumbre, España continúa a la cabeza... de los países que peor cumplen los compromisos adquiridos. Agárrense bien a la silla: somos el país de la Unión Europea que más ha aumentado sus emisiones de CO2, concretamente un 50,6% superiores a las de 1990, que es el año que se toma como base. Entre los 40 países más industrializados del planeta, sólo Turquía nos supera a la hora de sacar peor nota. Todo un honor que el amigo de la Alianza de Civilizaciones, Erdogán, esté peor que su homólogo Zapatero.

Pero el ridículo aun es mayor si lo comparamos con los datos globales de las naciones que se comprometieron en la reunión de Kioto. Los países industrializados dijeron entonces que reducirían sus emisiones en un 5,2%. Pues bien, la media conseguida hasta el momento es de un 4,7%, muy cerca, como ven, de la cifra acordada. Incluso los denostados países del Este de Europa han reducido sus emisiones en un 30% a pesar del gran crecimiento que están desarrollando en los últimos años.

¿Y aquí? Pues como siempre; nuestros políticos llenándose la boca con declaraciones del tipo de que lideramos la lucha contra el cambio climático o que estamos a la vanguardia en energías renovables o que otros países imitan nuestras políticas ecológicas. Pura palabrería, vacía y barata. Son tan hipócritas que simplemente dicen lo que la población quiere oír, a sabiendas de que no van a investigar si es verdad o no.

Es cierto que el compromiso adquirido en el protocolo de Kioto por nuestro país era sumamente complicado de cumplir. El gobierno de Aznar (si, fue Aznar quien se comprometió y no los gobiernos socialistas, que hasta eso han llegado a decir) pecó por pesimista a la hora de valorar el crecimiento que tendría España en los años futuros. Se creció mucho más de lo que los propios gobernantes esperaban y, junto con ese crecimiento económico, llegó el crecimiento en emisiones de CO2.

Pero es que el gobierno de Zapatero va camino de los cinco años gobernando y sus resultados son catastróficos. Cada idea que se les ocurre es peor que la anterior. A la sinrazón de no querer ni oír hablar de nuevas centrales nucleares se suma la proliferación de desaladoras que potabilizan el agua del mar que previamente han abocado ríos desde los que no se ha querido hacer un trasvase. Se rebajan las subvenciones a la energía solar y se ponen trabas a la construcción de nuevos parques eólicos. Eso si, nos regalan dos bombillas de bajo consumo y nos aconsejan apagar los electrodomésticos por las noches, a la vez que apuestan por el coche eléctrico de una multinacional japonesa, que pronto dejará de fabricar en nuestro país y que, como pronto, empezará a producirse en serie a mediados de la próxima década.
El compromiso de Kioto era un reto muy serio y difícil de cumplir. Como era de esperar, han fracasado de nuevo.

No se si el CO2, es o no es, el responsable del tan cacareado “cambio climático”, pero de ser así, y si España continua por este camino, las futuras generaciones que pueblen el planeta nos harán responsables de todo lo que suceda, desde la quiebra de las fábricas de abrigos hasta la especulación de los productores de helados, pasando por el sobrecoste de las embarcaciones, necesarias para sobrevivir en un mundo inundado por el deshielo de los polos.

No nos quitaremos ese sambenito jamás.