jueves, 13 de noviembre de 2008

La energía solar, por las nubes


La empresa española Abengoa Solar ha presentado en el municipio sevillano de Écija un proyecto termosolar que constará de dos plantas de 50 megavatios cada una que, en el momento en que estén en pleno funcionamiento, suministrarán la suficiente energía para abastecer a unos 52.000 hogares, reduciendo por tanto, su dependencia energética, el consumo de recursos naturales y la generación de residuos.

La tecnología que emplearán es la denominada cilíndrico parabólica (complicado ¿verdad?) que basa su funcionamiento en seguimiento solar y en la concentración de los rayos solares en unos tubos receptores de alta eficiencia térmica. En estos tubos, un fluido transmisor de calor, por ejemplo aceite sintético, es calentado hasta 400 grados. Después, el fluido es bombeado a través de una serie de intercambiadores de calor para producir vapor sobrecalentado. Luego, ese calor se convierte en energía eléctrica en una turbina de vapor.
Las dos plantas tendrán un coste de 500 millones de euros y evitarán la emisión de más de 31.000 toneladas anuales de CO2 a la atmósfera.


Una buena noticia para los que creemos en la energía solar. Ya saben, la única inagotable, porque si se agota... ya no nos importará el suministro energético.
Sin embargo, el coste que tienen estas instalaciones es lo que más me preocupa. Simplemente echando unos números nos damos cuenta de que, económicamente, es carísima. 500 millones de euros para 52.000 familias viene a salir a casi 10.000 euros por familia.
Lo normal es que en un hogar se vengan a consumir unos 500-600 euros anuales (impuestos incluidos) en electricidad, o sea que para amortizar el coste de la construcción se tardaría cerca de 20 años. Pero sólo estamos contando lo que vale construirla; luego su funcionamiento, aunque el sol sea gratis, cuesta mucho dinero: unos 60 operarios trabajando, suministros, reparaciones... Las comparaciones son odiosas si lo hacemos con una central de ciclo combinado o una nuclear que, aunque cuesten más, dan servicio a muchísimos más hogares.


Aunque sea mucho más cara, estas 52.000 familias pagarán lo mismo por la electricidad consumida que usted o yo. ¿Quién pagará la diferencia de coste? Efectivamente: usted y yo.
Creo que valdría la pena subvencionar menos a los productores de energía solar y gastar ese dinero en investigación, hasta que se consiguiese que su coste fuese similar al resto. Esa es la única forma de asegurarse que esta energía limpia e inagotable sea la energía del futuro.
La energía solar está en auge. De eso no cabe la más mínima duda. ¿Durará?

1 comentario:

Toni dijo...

Pues nada ya que sabes tanto de la planta termosolar, por que no aportas el coste de una central nuclear? y de una de ciclo combinado? y de paso me garantizas el precio del gas para 20 años, ademas vas a comprar una materia prima que no tienes o que es escasa (uranio), luego el coste de almacenarlo y el gas las emisiones co2 que luego hay que pagar en kioto.