¿Sube la gasolina para evitar la deflación?

Se está desarrollando un sentimiento de rabia e incredulidad entre los conductores españoles en estos dos últimos meses cuando, semana tras semana, comprueban al acudir a la gasolinera cómo el precio de los carburantes aumenta. ¿Se han dado cuenta que el precio de la gasolina de 95, por poner un ejemplo, ha aumentado un 11% en este periodo?
Nos venden que el precio actual de los carburantes refleja el precio que el petróleo tenía hace tres meses. Sinceramente, creo que nos están tomando el pelo.

Hagamos un poco de memoria. El barril de petróleo alcanzo su máximo allá por el mes de julio del año pasado sobrepasando los 140 dólares el barril. Por esas fechas (sin esperar esos “tres meses”) nos colocaron el precio del litro de la gasolina de 95 a 1,30 euros aproximadamente. Desde entonces, el precio del oro negro no hizo nada más que bajar vertiginosamente hasta los 40 dólares, precio que ha mantenido con ciertas oscilaciones hasta el día de hoy.
Con un retraso de varias semanas (ahora si, cumpliendo lo de los “tres meses”) también se rebajaron los precios de las gasolinas, hasta alcanzar durante el mes de diciembre un precio la de 95 octanos de 0,83 euros.

No voy a caer en la tentación de comparar estas cifras. De acuerdo que el barril descendió un 70% y las gasolinas sólo un 35%, pero también es verdad que en este periodo, el dólar (moneda con la se paga) se apreció un 20% con respecto al euro, aparte de que el precio del barril apenas supone un 30% del precio que pagamos en la estación de servicio (el resto, ¿lo adivinan?, son impuestos)

Desde diciembre (y a pesar de que el precio del barril y el del dólar no ha variado prácticamente en los últimos tres meses) el precio ha ido lentamente aumentando hasta los 0,92 euros, o sea, un 11% más.

La pregunta que surge inmediatamente es el porque de las subidas y la respuesta más común es que las petroleras se están aprovechando. Disiento totalmente.

Mi planteamiento es el siguiente: estamos atravesando una dura crisis que, al menos de momento, nuestro gobierno no está sabiendo llevar. Todos los días nos desayunamos con peores datos que el día anterior y las pocas alegrías que nos pueden vender son el abaratamiento del las hipotecas con la bajada del euribor y la disminución de los precios de los combustibles. ¿Creen ustedes que el gobierno de Zapatero permitiría dejar pasar esta oportunidad de decir que algo va bien sólo para que las petroleras aumentasen su margen de beneficios? Convendrán conmigo que nunca lo harían; presionarían a las petroleras para que, no sólo no aumentasen los precios sino que los bajasen. Es decir, la subida de las gasolinas está “autorizada” por el gobierno. ¿Para qué?

El dato adelantado de la inflación del mes de enero, publicado el viernes, ha deparado la cantidad más baja desde hace casi 50 años, apenas ha aumentado un 0,8% interanual. Si nadie lo remedia, estamos abocados a una deflación (bajada generalizada de precios) y eso, aunque pueda parecer lo contrario, es lo peor que nos puede pasar. Desde las instituciones financieras europeas y desde nuestro gobierno, nos están diciendo, día si, día también, que el peligro de la deflación no es real, que no puede pasar. ¿Seguro? Los datos no indican eso precisamente.
Los precios, tanto al subir como al bajar, fluctúan en oleadas. Primero suelen subir los precios energéticos, luego el resto de materias primas, para acabar subiendo (o bajando) el resto de bienes y servicios. ¿Qué mejor manera para evitar la prevista deflación que aumentar artificialmente los precios de los combustibles?

Seguramente piense esto porque la crisis me está volviendo paranoico y conspirativo, pero, de ser verdad, ¿saben el daño que nos están haciendo al bolsillo de los ciudadanos para ocultar su incompetencia económica?

PD. Tras el Consejo de Ministros del pasado viernes, De la Vega, vicepresidenta, dijo en rueda de prensa que el gobierno tomará “todas las medidas necesarias” para evitar la deflación y que “no era posible” que se produjera. ¿Por qué no nos avanzó ninguna de estas medidas? ¿A ver si después de todo no estoy tan paranoico?