miércoles, 5 de marzo de 2008

CAMAREROS EN PELIGRO DE EXTINCION


Si usted trabaja en la hostelería y es un camarero servicial, atento con sus clientes, que les aconseja y ayuda a la hora de pedir el menú y al que los comensales buscan cuando entran en el restaurante, no tiene porque preocuparse, pero si no cumple con esas premisas puede que sus días en el mundo de la restauración se estén acabando.
Estoy exagerando. No se preocupe. Pero puede que en un futuro no muy lejano, algunos camareros tengan que buscar un nuevo acomodo.

¿A qué viene todo esto?
Restaurantes de Europa, Estados Unidos y Japón están probando una tecnología para permitir a los comensales pedir sus platos directamente de una pantalla en la mesa en lugar de depender de un camarero que les tome nota.
En Israel ya llevan un tiempo con esta tecnología, sobre todo en restaurantes de sushi, pubs y restaurantes familiares. El sistema se basa en pantallas táctiles y provoca un efecto de compra por impulsos.
Si lo pensamos resulta lógico: si vemos en una carta escrito que tienen tarta de chocolate, podremos pedirla o no, pero si vemos la tarta en una imagen en movimiento en la pantalla de nuestra mesa, difícilmente nos resistiremos a pedirla.
Según uno de los dueños que lo tienen instalado en algunas de sus mesas, aparte de reducir los costes de mano de obra, el consumo de los clientes de esas mesas ha aumentado en un 11% con respecto a las otras que no lo tienen.

Indudablemente, el invento está enfocado de momento para clientes jóvenes y para familias con niños. Yo, sinceramente, no veo a un grupo de ejecutivos celebrando una comida de trabajo y apretando al mismo tiempo botoncitos en una pantalla. Ni tampoco a un grupo de jubilados en una heladería poniéndose las gafas para ver de cerca y acertar con la copa de helado que van a tomar. Pero para gente joven y niños si que creo que puede funcionar. Incluso, entre plato y plato, los niños pueden practicar en la pantalla su juego electrónico favorito.

La comida será diferente y más divertida, pero comer mejor no sé si lo conseguiremos. Eso si, con la pantalla, se perderá el encanto de creer que estamos pidiendo ternera con verduras y después nos saquen caracoles con tomate, como pasa algunas veces.
Ahora bien, si ahorramos costes y despedimos a los camareros, ¿quién llevará los platos desde la cocina a las mesas? Si tengo que ser yo, me esperaré a que inventen los robots “sirvemesas”.
(Supongo que a los de la foto no los cambiarán. No sé…)

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