Hace unos días salió la noticia de que Apple negociaba con la industria discográfica el acceso libre a la música a cambio de una prima en el precio de su móvil, el famoso iPhone. Incluso se han realizado estudios que indican que los compradores de su móvil estarían dispuestos a pagar un sobreprecio de 100 dólares o una suscripción de 7 dólares mensuales por disponer de música gratis y sin trabas para toda la vida útil del aparato.
Apple no hace más que copiar a su competidora Nokia, que en diciembre anunció su “Comes with music”, su producto de marketing para ofrecer un año de canciones gratis en sus móviles. Si Apple es el rey de las descargas legales de música con su iTunes, de los reproductores MP3 con el iPod y quiere serlo de los teléfonos móviles con el iPhone ¿cómo iba a permitir no serlo en el jugoso mercado de la suscripción musical?
Apple no hace más que copiar a su competidora Nokia, que en diciembre anunció su “Comes with music”, su producto de marketing para ofrecer un año de canciones gratis en sus móviles. Si Apple es el rey de las descargas legales de música con su iTunes, de los reproductores MP3 con el iPod y quiere serlo de los teléfonos móviles con el iPhone ¿cómo iba a permitir no serlo en el jugoso mercado de la suscripción musical?
Yo, ¿qué quieren que les diga? Creo que es la puntilla para la industria discográfica. O, por lo menos, el primer paso para la definitiva desaparición de esta industria tal y como la conocemos actualmente.
La ley de la oferta y la demanda es implacable con la música; hay muchísima oferta y el precio se aproxima cada vez más a cero. Y no sólo con la música, la economía digital está acabando con los costes de comercialización y distribución de los contenidos, ya sean estos música, cine o televisión.
En la ya casi extinta cultura analógica, el contenido era el rey. Ahora ya no. En la era digital se paga por los aparatos reproductores y por la conexión a la red, es decir, lo que no puede distribuirse digitalmente.
Se calcula que anualmente la venta de CD´s desciende un 8% en Europa. Asimismo, la venta de música en el mundo digital supone ya un 15% del total de las ventas según datos de la propia industria discográfica. Con estos datos, queda bastante claro qué rumbo tienen que tomar.
Que tomen conciencia los artistas. De los discos en formato físico no van a poder vivir. Pero que no se tomen la justicia por su mano (con la aquiescencia del gobierno de turno, como aquí en España) con medidas como, el tan odiado por todos, “canon digital”. Con amenazas y sospechando de todo el mundo como si fuésemos delincuentes no conseguirán nada. Los negocios son prósperos cuando la gente paga voluntariamente por los productos. Y si no lo creen, ahí tienen el ejemplo de Apple con su iTunes, ¿por qué creen que los consumidores pagan por descargar música si pueden hacerlo a coste cero con las descargas ilegales?
Otra de las soluciones serían la música a cambio de publicidad o la inclusión de música gratis como valor añadido a otros productos cosa que ya hacen grupos como R.E.M. o Radiohead.
¿Es malo todo esto? Al contrario, personalmente creo que todo esto revitalizará el mundo de la música. No caigamos en el pesimismo interesado de algunos artistas que nos dicen que Internet acabará con la cultura. A lo largo de la historia de la humanidad, cuanto más fácil y asequible ha sido la distribución de la cultura, mayores logros culturales se han conseguido. Que no nos engañen.
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