PLASTICOS DEL FUTURO

Los residuos urbanos son uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad. Las famosas “tres erres” (reducir, reutilizar y reciclar) van calando entre la población, pero el aumento de esta sana costumbre es inferior al aumento del consumo de bienes que experimenta la sociedad. Por lo tanto, cada vez se generan más residuos.
Los grupos ecologistas aconsejan para solucionar el conflicto que hagamos un consumo responsable y que sólo compremos los que realmente vayamos a utilizar, pero los consumidores tenemos la manía de llevarles la contraria y parece que nuestro apetito por las compras sólo desaparece en el momento en que vaciamos la cartera.
Por lo tanto, para evitar que haya tanto residuo en los vertederos, o aumentamos de forma drástica la concienciación de las “tres erres” (cosa bastante improbable) o conseguimos que esos residuos desaparezcan solos, como por arte de magia.

Esta semana en Valencia se presenta el tercer Seminario Internacional sobre Plásticos Biodegradables. En él se reflejarán las últimas novedades a nivel mundial y, algunas de las cosas que nos anuncian, parecen más que interesantes. Veamos algunos de ellos.
Seis pymes de la Comunidad Valenciana presentarán los resultados de los proyectos de I+D+I en los que han participado para desarrollar plásticos biodegradables a partir del almidón de guisantes y maíz, destinados a la agricultura y al envase y embalaje.
También se presentará un plástico que se disuelve en agua y otro, basado en el almidón de patata, que una vez en la basura se degrada completamente en 90 días.
Como vemos, muchos proyectos se basan en las bolsas de plástico, uno de los grandes problemas ambientales de nuestras sociedades. Países como China y Australia se están tomando muy en serio la posibilidad de prohibirlas. Por lo tanto, conseguir que estas bolsas sean completamente biodegradables, es uno de los retos de nuestros investigadores.

Como curiosidad, en el Seminario se presentará el primer vehículo de Fórmula 1 biodegradable. El coche lo han creado en la universidad de Warwick del Reino Unido y funciona únicamente con biolubricantes. En su fabricación se ha utilizado material orgánico como cáñamo, patatas y cáscaras de frutos secos, todos materiales completamente biodegradables. Si tienen la ocasión, véanlo correr. Se asombrarán. La carrocería se asemeja más a un bólido de los años cincuenta o sesenta que a uno actual, pero la velocidad que consigue es de vértigo.
Dejando aparte la anécdota del coche de Fórmula 1, la reunión de centros tecnológicos y universidades de Reino Unido, Alemania, Finlandia, Bélgica y España servirá para poner en común ideas y necesidades del sector y animar a las empresas a apostar por la innovación hacia materiales respetuosos con el medio ambiente. Que tengan éxito.

(Bueno, como habrán visto las bolsas de arriba son de papel. Esas, seguro que son reciclables)