miércoles, 8 de abril de 2009

Un PUMA eléctrico para nuestros ministros

¡Menudo trajín han llevado esta mañana los miembros del gobierno! Recepción por aquí, toma de posesión del ministro por allá, despedidas, reencuentros, agradecimientos por los servicios prestados, consejo de ministros, foto de familia... en fin, una mañana completita. Y todos los ministros como locos de un sitio para otro.

No lo he visto, pero me los puedo imaginar: coche oficial del ministro-a, coche oficial del secretario-a, del subsecretario-a, de los escoltas y hasta del conserje si es preciso. Multiplíquenlo por los ministros y vicepresidentes que hay... y podrán saber los coches oficiales que han circulado esta mañana por Madrid.
¿Se imaginan el dinero que debe haber costado la dichosa mañanita? Por no hablar del consumo en gasolina, emisiones de CO2...

Traigo a colación este tema porque esta misma mañana he leído que el primer ministro inglés, Gordon Brown, tiene en mente el proyecto de comprar una flota de automóviles eléctricos para sus ministros con el fin de dar ejemplo a los ciudadanos. Según el primer ministro inglés, su país se tiene que convertir en "líder mundial" en la producción y exportación de automóviles eléctricos, vehículos dotados de motores híbridos (a base de gasolina y electricidad) y coches tradicionales más ligeros. Todo esto con el fin de contribuir al freno del cambio climático y, como no, para lograr salir de la crisis económica (si lográsemos recopilar todas las “ideas mágicas” que tienen los políticos para acabar con la crisis económica, nos daría para escribir varias enciclopedias).

Pero me parece que van a llegar con un poco de retraso. Ayer se presentó en sociedad el último prototipo de vehículo eléctrico diseñado para circular por la ciudad. Y me da en la nariz que en esta ocasión han dado en el clavo.

General Motors presentó ayer junto con el fabricante Segway (los que sacaron al mercado esos monopatines eléctricos horizontales que amedrentan a los viandantes en algunas aceras de las grandes ciudades) un vehículo de dos ruedas eléctrico en el que sus dos ocupantes van sentados como en cualquier coche y que se mantiene en equilibrio por si mismo gracias a un sistema de giroscopios, al que han denominado PUMA (acrónimo en inglés de Movilidad y Accesibilidad Personal Urbana).
El PUMA tiene dos plazas, puede viajar a una velocidad de hasta 56 kilómetros por hora y tiene una autonomía de 60 kilómetros antes de necesitar ser recargado. Las baterías, de litio-ion, proporcionan energía a dos motores eléctricos.

Además, el PUMA está pensado para interactuar con otros vehículos, de forma que se eviten accidentes, y para funcionar conectado a una red de comunicaciones (tipo Internet) para facilitar el movimiento en las ciudades. Por si faltara algo, el precio estimado por los fabricantes se situaría en una cuarta parte de lo que viene a costar un coche convencional.

O sea, un coche que permite desplazarse por las ciudades de una forma más rápida, más segura, más limpia, silenciosamente y a un coste inferior. Como les decía antes, pronto nos acostumbraremos a verlos.

En muchas ocasiones me he preguntado porque nos desplazamos por las calles de nuestros pueblos con auténticos mastodontes, capaces de acoger a cinco personas adultas junto con sus correspondientes equipajes cuando, en realidad, vamos solos en ellos. ¿A nadie se le había ocurrido hasta ahora un vehículo de estas características?

A decir verdad, ya existen en el mercado coches eléctricos, o híbridos, pero en realidad sólo son réplicas de los coches normales, aunque con un menor consumo. La novedad del PUMA es el poco espacio que ocupa lo que, de generalizarse, lograría despejar nuestras calles, tanto en ocupación como en ruidos, humos y malos olores.
Sólo le veo la pega de la recarga de las baterías, pero ya existen soluciones al respecto, sólo hace falta aplicarlas.

¿Se imaginan acudiendo a sus despachos todas las mañanas a Pepe Blanco o a Manolo Chaves a bordo de un PUMA? ¡A ver si cunde el ejemplo inglés!

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