martes, 13 de mayo de 2008

Adiós a un ángel de la guarda


Desde estas páginas queremos ofrecer un homenaje a una de las heroínas del siglo XX (aunque mundialmente casi desconocida), la polaca Irena Sendler, que ha fallecido hoy a la edad de 98 años.
¿Qué hizo Irena que la haya hecho merecedora al título de heroína?
Durante la II Guerra Mundial, Varsovia sufrió la ocupación nazi. Sabida es por todos, a través de innumerables películas y documentales, la existencia en la capital polaca del famoso gueto judío. Lo que en un principio sirvió solamente para aislar del resto de la población a estos ciudadanos, con el paso del tiempo se convirtió en la antesala de los campos de concentración. Irena, miembro de la resistencia, logró rescatar arriesgando su vida y de las formas más impensables, a 2.500 niños judíos de una muerte segura en alguno de esos horribles campos de exterminio. Después de lograrles un cobijo en algunas instituciones religiosas o en casas de familias amigas, nuestra heroína escondía los nombres verdaderos de los niños junto con sus nuevas identidades falsas dentro de botes de conserva, que enterraba bajo un manzano cercano a su casa, justo enfrente de un cuartel nazi.

Cuando se descubrió su trama, fue interrogada y torturada por la Gestapo para que revelase el paradero de los niños. No lo hizo y cuando la conducían al patíbulo fue liberada. Existen dos versiones sobre su liberación, la primera es que fue rescatada por otros miembros de la resistencia y la segunda es que la dejó escapar uno de sus guardianes nazis. Sea como fuere, Irena logró salvar la vida y permaneció oculta hasta el final de la contienda.
La gesta de esta heroína de carne y hueso quedó después silenciada por cuarenta años de régimen comunista, hasta que unos estudiantes estadounidenses descubrieron al mundo lo que había hecho Irena en 1.999. Se habla incluso que la industria cinematográfica de Hollywood está preparando una película sobre la vida de esta mujer.

Ojalá la lleven a cabo para que el resto de la humanidad conozca de primera mano el valor que esta mujer le otorgaba a una vida humana. Ejemplos como éste de solidaridad y amor por el prójimo no suelen abundar.
El año pasado, el gobierno polaco la propuso para recibir el Premio Nóbel de la Paz. Al final se lo concedieron al profeta del cambio climático Al Gore. Creo que sobran los comentarios. Los jurados del Premio Nóbel deberían de hacérselo ver.

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