martes, 27 de mayo de 2008

Tu basura es energía


Vivimos en una sociedad consumista. Demasiado consumista, diría yo. Es una de las consecuencias que, desgraciadamente, lleva aparejadas el progreso. Y ese consumismo desmesurado trae de la mano la acumulación de residuos. Cómo tratar esos residuos es uno de los mayores retos medioambientales a los que se enfrentan las sociedades modernas.
Lo más habitual hasta el momento es, una vez que se han separado los materiales que se pueden reciclar, amontonar el resto de residuos urbanos en inmensos vertederos. Pero estos vertederos son finitos y están saturados. Por lo tanto, este tratamiento de las basuras deja de ser válido con el tiempo. Poco a poco, se va imponiendo la quema de estos residuos en incineradoras de nueva creación.
¿Es esta la solución? Lo dudo bastante, ya que para solucionar un problema creamos otro igual de perjudicial: la contaminación atmosférica.

Sin embargo, en la provincia de Alicante han encontrado una solución que mitiga en parte todos estos problemas. Cerca de la capital se ubica la factoría cementera de Cemex. Estas empresas necesitan grandes cantidades de combustible para mantener sus hornos siempre con temperaturas de hasta 1400 grados centígrados. Habitualmente usan combustibles sólidos altamente contaminantes como el coque y el carbón. Desde la Generalitat Valenciana han pensado que ya que la cementera, para poder trabajar, tenía que continuar emitiendo gases contaminantes a la atmósfera, ¿por qué no emplear como combustible los residuos urbanos y así evitar una fuente de contaminación?
Se va a implantar una instalación capaz de triturar cerca del 40% de los residuos que no son reciclables ni reutilizables para convertirlos en una especie de compost. Esa moldura resultante, llamada fluff, se utilizará como combustible para la factoría.

En este caso, han acertado con la solución, ya que todo son ventajas: los residuos dejan de emitir el CO2 y el metano que producirían en el caso de que siguiesen depositándose en los vertederos; no se provocan los residuos en forma de ceniza que se producirían si esta operación se llevase a cabo en incineradoras, debido al alto poder calórico de este tipo de hornos y, en el caso de algún posible residuo, éste se absorbe como un componente más del cemento. Y, además, no incrementa los niveles de emisión de la cementera.
También se tiene previsto, el año próximo, utilizar como combustible los lodos desecados de las desaladoras de aguas marinas, ahora en construcción.

Buenas noticias las que nos llegan desde la Comunidad Valenciana, que, recordemos, es una de las pocas regiones españolas que cumple con el protocolo de Kioto. Tienen un margen de un 25% sobre el límite permitido y aumentando ese margen año tras año.
Desde el gobierno central se deberían preguntar el porqué en un país como España, que sobrepasa los límites del protocolo en un 50%, existen regiones como la valenciana que cada año están más lejos de sobrepasar su límite. Algo se hará de forma diferente, ¿no?

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