Desde hace ya muchos años, las personas se han ido concienciando de lo importante que es preservar nuestro planeta contra las continuas agresiones que los humanos le provocamos. Desde siempre ha habido ecologistas, pero es a partir de la segunda mitad del siglo pasado cuando las organizaciones ecologistas han ido alcanzando la popularidad y el prestigio que ahora poseen.
Gracias a ellas y a sus campañas, especies animales como las ballenas o las aves rapaces aún siguen existiendo, los humanos dejamos de enviar a los ríos y mares las aguas sin tratar y se han impuesto medidas anticontaminantes en el transporte como la gasolina sin plomo o los vehículos híbridos, por poner sólo unos pocos ejemplos.
Pero si lo observan, los grandes éxitos de las organizaciones ecologistas se producen cuando se trata de atajar un problema concreto, pero ¿qué les ocurre cuando intentan vaticinar lo que ocurrirá en el futuro? Pues que no siempre aciertan, como cualquier otro ser humano. Veamos unos ejemplos de las veces que han fallado con sus pronósticos:
- En el año 1969, el profesor Paul Ehrlich, que después se ha hecho famoso por ser el mentor de Al Gore, predijo que EEUU sufriría una grave hambruna en los años 80 y que para el año 1999 su población habría descendido hasta menos de 23 millones de personas. Asimismo, apostó a que Inglaterra no existiría para el año 2000.
- El senador Gaylord Nelson nos alertó que para el año 1995 el 75% de las especies animales habrían desaparecido.
- En 1970, el biólogo de Harvard George Wald, nos anunció que la civilización, tal como la entendíamos, tocaría a su fin en el plazo de quince a treinta años.
- En 1885, el Servicio Geológico de EEUU, avisó de que había pocas posibilidades o ninguna de que hubiese petróleo en California. Poco después dijo lo mismo de Kansas y Texas. No contentos con las meteduras de pata históricas, en 1974 aseguró que sólo quedaban existencias de gas natural para diez años.
- En 1939, el Departamento de Interior del país americano, siempre asesorados por científicos que se denominaban a sí mismos ecologistas, auguró que las reservas de petróleo durarían trece años más.
- En 1972, el célebre “club de Roma” hizo varias previsiones sobre lo que iban a durar varias materias primas: el oro se agotaría en 1981, la plata en 1985, el estaño en 1987 y el petróleo, el cobre, el plomo y el gas natural en 1992.
- En 1969, durante la celebración del primer Día de la Tierra, el ecologista Nigel Calder dijo textualmente: “la amenaza de una nueva Edad de Hielo ha de figurar junto a la guerra nuclear como una de las fuentes probables de miseria y muerte a gran escala”
- También el mismo año, C.C. Wallen, de la Organización Meteorológica Mundial declaró: “el enfriamiento registrado desde 1940 es de tal alcance y consistencia que en breve no podrá ser corregido”.
¿Están siempre equivocados los ecologistas? Ni mucho menos. Lo que pasa es que predecir el futuro no resulta sencillo en ningún caso y las variables que intervienen en un proceso tan complicado como es el clima en el planeta aun no las tiene nadie controladas. Hace cuarenta años, los datos indicaban un deslizamiento hacia el enfriamiento y ahora indican lo contrario. ¿Estaban equivocados antes y ahora están en lo cierto? No lo sabemos. Lo averiguaremos con el tiempo. Pero no con el paso de unos pocos años, porque siempre queremos ver los resultados inmediatamente, sino después de centenares o milenios.
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