Como ya habrán podido adivinar, el movimiento en cuestión es totalmente pacifista y con unos claros objetivos ecologistas en su ideario: transformar zonas descuidadas de las ciudades en espacios verdes.
La forma de actuar es muy simple: uno de estos guerrilleros, en su camino diario al trabajo o cuando pasea en bicicleta durante los fines de semana, descubre una tierra local huérfana y prepara un plan de actuación. Se marca una fecha para efectuar el ataque y contacta con un proveedor local de plantas barato eligiendo especies resistentes y coloridas. Llegado el día y ataviado con unas cómodas zapatillas, coge su vehículo (preferentemente una bicicleta) y se acerca al campo de batalla. En un visto y no visto, se pone los guantes de jardinero y comienza la acción.
Cuando abandone la zona de guerra, habrá dejado tras de sí un vistoso jardín, limpio, ordenado y colorista.
Otra de las modalidades de esta guerrilla urbana es la fabricación de bombas de jardinería. Se cogen semillas, tierra, arcilla y agua. Se mezcla todo y se amasan pequeñas bolas para diseminar por la ciudad en los lugares en los que, por cualquier motivo, no se puede actuar de la forma original.
La idea partió de un londinense, Richard Reynolds, que, cansado de ver terrenos descuidados en su ciudad, divulgó su idea a través de un blog en octubre de 2004. Pronto empezó a recibir preguntas y adhesiones a su plan y lo puso en marcha. Hoy en día, más de 4.000 personas forman comunidades de guerrilleros por todo el mundo. Ciudades como Londres, Nueva York, Toronto, Dublín, Zurich o Milán ya cuentan con sus guerrillas particulares. Y en España, personas de Málaga, Barcelona, Murcia o Asturias ya han manifestado su interés por este tipo de actividades.
La página web de la organización anima a la gente a unirse a la guerra contra la negligencia y la mala gestión de los espacios públicos. Con el lema “combatamos la suciedad con el pueblo y las flores” profesionales y aficionados pueden convertirse en guerrilleros y actuar en su ciudad. A su vez, la página web sirve de enlace para ponerlos en contacto y para que, después de cada acción, se pueda publicar en Internet la historia de la última hazaña.
Es la lucha urbana por los espacios verdes. Ojalá todas las luchas en el mundo fuesen de este tipo.
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