sábado, 28 de junio de 2008

Renovables y nucleares


Un par de informes sobre generación de energía eléctrica han llegado hasta nuestras manos.
El primero, presentado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud del sindicato Comisiones Obreras trata sobre las energías renovables. En él se indica que actualmente trabajan en el sector de las energías limpias 94.057 operarios. Basándose en los objetivos de la comisión europea de la energía que apuntan a que en el año 2020 la producción energética de origen renovable sea de un 20% de la energía final, así como la sustitución del 10% de los combustibles utilizados para el transporte por biocarburantes, los puestos de empleo en estos sectores podrían llegar a los 270.000, es decir, el triple de los que hay ahora.
Hay que recordar que actualmente, las empresas de energías renovables sólo suponen el 0,2% de PIB de España. O sea, prácticamente testimonial.

El otro informe viene de la mano del Foro Nuclear. En él se indica que la contribución de la energía de origen nuclear ha sido durante el pasado año del 18% del total de la energía eléctrica consumida en España. Según este organismo, el objetivo que se tendría que fijar nuestro país en el horizonte del año 2030, es que el 30% de la electricidad fuese nuclear. Para conseguirlo, se deberían conservar en funcionamiento las ocho centrales existentes y construir el equivalente a cinco nuevas centrales que se instalarían junto a las ya existentes.
Con estas medidas se conseguirían crear 172.000 puestos de trabajo y generar un valor añadido superior a los 10.000 millones de euros, amen de conseguir la necesaria estabilidad del sistema eléctrico español, luchar contra el cambio climático (lo que conlleva dejar de pagar miles de millones en derechos de emisiones de CO2) y lograr equilibrar algo la balanza comercial. Si todo esto se cumpliera, la energía nuclear aportaría en el año 2030 el equivalente al 3% del PIB.

Como es normal, supongo que todos ustedes estarán de acuerdo con el primer informe y, sólo unos pocos, lo estarán con el segundo. Y yo me pregunto: ¿por qué no se pueden llevar a la realidad los dos estudios?
El primero es evidente que nos favorece a todos. Las energías renovables son el futuro (salvo que a alguien se le ocurra producir energía de una forma más sencilla) y sería conveniente que nuestro país desarrollara este tipo de energías para convertirse en líder mundial tanto en generación como en I+D en todo lo relacionado con este tipo de energías. Pero no debemos olvidar que, de momento, estas energías son muy caras y su producción depende, casi exclusivamente, de las subvenciones que les proporciona el estado (y que, por tanto, pagamos entre todos).
Potenciar las energías renovables no significa tener que enterrar la energía nuclear. Hoy por hoy, es el tipo de energía que menos emisiones de CO2 lanza a la atmósfera y la que consigue un mayor rendimiento por potencia instalada.
Las renovables son el ideal, pero los españoles consumimos cada día más energía, y esta energía tiene que salir de algún sitio. Existen tres posibilidades: quemar más combustibles sólidos, importarla en mayor cantidad de Francia o potenciar las energías renovables y las nucleares.

Muchos compatriotas están en contra de todo lo que suene a nuclear. Décadas de consignas en su contra provenientes de los sectores ecologistas y de la izquierda más variada han conseguido convencer a la población de los peligros que conlleva. La tecnología ha hecho a estas centrales mucho más seguras, pero aun suponiendo que no lo fuesen ¿creen que si hubiese un accidente en alguna central nuclear de Francia, Bélgica, Holanda, Italia o Reino Unido no llegarían las radiaciones aquí?
Consumimos energía de origen nuclear procedente de estos países pero, sin embargo, no la queremos producir. Somos increíbles; queremos crear puestos de trabajo en el extranjero y pagarles con divisas productos que podríamos producir aquí.

Algún día nos daremos cuenta de las nefastas consecuencias que la política tiene en nuestras vidas.

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