Han caído dos informes sobre el cambio climático en mis manos que, como mínimo, dan mucho que pensar.
Por una parte, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) alerta de que el consumo de energía no deja de aumentar, incluso más deprisa de lo que indicaba en su informe del año anterior, y, según sus previsiones, en el año 2030 la demanda habrá aumentado en un 50% con respecto a la actual, impulsada sobre todo por las necesidades de China e India que doblarán sus consumos para entonces.
Como la producción de petróleo no será suficiente, los gobiernos poco a poco volverán a fomentar el uso del carbón para la producción de electricidad. No hay que olvidar que China inaugura una central eléctrica de carbón cada semana. El futuro de la contaminación atmosférica, como pueden comprobar, se ensombrece cada vez más. Hace poco leí que General Electric estaba desarrollando una planta de carbón que no emitía CO2 a la atmósfera. Esperemos que tengan éxito.
El otro informe, o mejor dicho encuesta, lo ha desarrollado la BBC. Según ellos, la mayoría de la gente estarían dispuestos a pagar facturas más caras por la energía para fomentar su ahorro. Incluso estarían dispuestos a que una ecotasa gravase los productos si con eso se lograse aumentar la eficiencia energética o se desarrollasen energías limpias.
El primer informe me preocupa. La encuesta me mosquea. ¿Van a hacernos creer que por pagar más cara la energía se va a consumir menos? Desde la primera crisis energética, allá por 1974, el precio de la energía ha aumentado sin parar y no por ello la gente ha consumido menos, más bien el revés. Nos hemos acostumbrado a vivir bien y volver atrás es imposible. Y lo que es peor: los países emergentes también se están acostumbrando y considero que no hay marcha atrás posible.
Por mucho que aumenten los impuestos sobre el consumo este no va a disminuir. Entonces ¿para que subirlos? Simplemente para recaudar más.
Todas las amenazas del cambio climático. Todos los sustos que nos dan Al Gore y sus secuaces. Los discursos facilotes de los políticos en campaña electoral. ¿Para qué? ¿Para prepararnos ante las subidas de impuestos? Pues ya lo están consiguiendo. A la mayoría de la gente ya la han narcotizado y estaría dispuesta a pagar más. ¿Cuánto tardarán en sangrarnos los bolsillos? Se admiten apuestas.
No conseguiremos reducir el consumo. Por lo tanto, la única esperanza es que se desarrollen energías limpias. Pero que tengan la suficiente capacidad para cubrir las necesidades energéticas. No como las que tenemos ahora. Que tampoco nos gusta ver todas las montañas llenas de molinillos.
- Cuando en los años setenta subieron los precios de la luz, mi primo Eusebio se enfadó y cortó por lo sano.
- ¿Y que hizo, Don Graciano?
- Quitó las bombillas de toda la casa.
- Un poco drástico ¿no?
- Si. Y más drástica fue su mujer que lo sacó de casa.
Por una parte, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) alerta de que el consumo de energía no deja de aumentar, incluso más deprisa de lo que indicaba en su informe del año anterior, y, según sus previsiones, en el año 2030 la demanda habrá aumentado en un 50% con respecto a la actual, impulsada sobre todo por las necesidades de China e India que doblarán sus consumos para entonces.
Como la producción de petróleo no será suficiente, los gobiernos poco a poco volverán a fomentar el uso del carbón para la producción de electricidad. No hay que olvidar que China inaugura una central eléctrica de carbón cada semana. El futuro de la contaminación atmosférica, como pueden comprobar, se ensombrece cada vez más. Hace poco leí que General Electric estaba desarrollando una planta de carbón que no emitía CO2 a la atmósfera. Esperemos que tengan éxito.
El otro informe, o mejor dicho encuesta, lo ha desarrollado la BBC. Según ellos, la mayoría de la gente estarían dispuestos a pagar facturas más caras por la energía para fomentar su ahorro. Incluso estarían dispuestos a que una ecotasa gravase los productos si con eso se lograse aumentar la eficiencia energética o se desarrollasen energías limpias.
El primer informe me preocupa. La encuesta me mosquea. ¿Van a hacernos creer que por pagar más cara la energía se va a consumir menos? Desde la primera crisis energética, allá por 1974, el precio de la energía ha aumentado sin parar y no por ello la gente ha consumido menos, más bien el revés. Nos hemos acostumbrado a vivir bien y volver atrás es imposible. Y lo que es peor: los países emergentes también se están acostumbrando y considero que no hay marcha atrás posible.
Por mucho que aumenten los impuestos sobre el consumo este no va a disminuir. Entonces ¿para que subirlos? Simplemente para recaudar más.
Todas las amenazas del cambio climático. Todos los sustos que nos dan Al Gore y sus secuaces. Los discursos facilotes de los políticos en campaña electoral. ¿Para qué? ¿Para prepararnos ante las subidas de impuestos? Pues ya lo están consiguiendo. A la mayoría de la gente ya la han narcotizado y estaría dispuesta a pagar más. ¿Cuánto tardarán en sangrarnos los bolsillos? Se admiten apuestas.
No conseguiremos reducir el consumo. Por lo tanto, la única esperanza es que se desarrollen energías limpias. Pero que tengan la suficiente capacidad para cubrir las necesidades energéticas. No como las que tenemos ahora. Que tampoco nos gusta ver todas las montañas llenas de molinillos.
- Cuando en los años setenta subieron los precios de la luz, mi primo Eusebio se enfadó y cortó por lo sano.
- ¿Y que hizo, Don Graciano?
- Quitó las bombillas de toda la casa.
- Un poco drástico ¿no?
- Si. Y más drástica fue su mujer que lo sacó de casa.
2 comentarios:
Hace años los viejos, mis padres, abuelos y conocidos se solian mosquear cuando había una luz de la casa encendida en una habitación que no había nadie, entonces se conocía lo que era el ahorro por que se habían pasado unos años muy malos en España y la electricidad era cara, pero hoy en día se consume a lo bestía sin preocupación alguna "Como la puedo pagar, la puedo gastar". Estoy de acuerdo en subir los impuestos energeticos siempre que esos impuestos vayan directamente a la investigación de energías limpias y a subenciones para cambio instalaciones individuales de placas solares, aerogeneradores u otros sistemas. Hay que recordar que los impuestos son la base para la política social, sin impuestos no tendriamos hospitales publicos, escuelas pubicas y otros servicios basicos, si no que todo sería privado y al final acabariamos pagando mas por lo mismo o por peores servicios como ocurre en EEUU donde la gente tiene que vender sus casas para poder pagarse una operación por que sus seguros solo cubren hasta cierto limite que siempre suele ser bajo para un obrero. Solo las politicas de derechas fomentan las bajadas de impuestos pues con esta estrategia se acortan los medios a los servicios publicos empeorando estos servicios para que el ciudadano elija los privados donde a la larga va a gastar mucho mas que con los servicios públicos.
Gracias por su amable comentario. No estoy en contra de pagar impuestos, ni mucho menos. Indudablemente sin ellos no podríamos disponer de los servicios publicos básicos que una sociedad moderna requiere. Pero pagar más impuestos no significa tener mejores servicios públicos. Estos se consiguen teniendo unos gestores que administren correctamente los recursos de que disponen. Sin malgastar ni un céntimo, puesto que el dinero no es suyo sino nuestro. Pagar mucho por unos servicios malos es casi lo mismo que lo que usted me comentaba de los EEUU, aunque, sinceramente, no creo que allí los servicios sean peores.
Mientras tanto haremos lo que podamos y apagaremos las luces y no utilizaremos los coches cuando no sean necesarios.
Publicar un comentario